martes, 26 de noviembre de 2019

AQUI PERDURA EI SILENCIO.

                  

Aquí perdura el silencio,
la quietud y la eterna paz.
Aquí se abrazan dos mundos
en un sueño sideral.
En cambio, ninguno de ellos
se vio la cara jamás.

Porque los separa un muro
más lúcido que el cristal.
Siendo la sombra del uno
la luz  que al otro le da,
apenas sí en un segundo
oscurecer o claridad.

Esa inmensa claridad
es una espada que clava
la noche y su oscuridad
en lo profundo del alma
y no la puedes arrancar.

Por que el alma es la hermana
del silencio intemporal
y penetra su estampido
donde no puedes llegar
a acariciar con tus manos,
lo que da la libertad 
a  los seres más humanos.
                  
Me va arañando un suspiro,
hijo de sombras lejanas
que  anida como una alondra
en las sienes blanqueadas.
 
Pero un recuerdo está vivo,
clavado en mis entrañas
y en un pecho dividido,
al recordar las mañanas
que como un pájaro herido
perdí la ilusión más sana
que jamás haya existido.
 
Diría, qué es fruto de la locura
de la existente condenación de la frente.
En cambio cuando despierto
son cual fantasmas vivientes
que en sus dientes ocultan las quimeras
que algún día yo soñé
y en los sueños pregunté
a cada una de ellas:
 
–¿Por qué nombre las tendré que recordar?
No esperaba que nadie respondiera
y en verdad, no tenían el por qué,
cuando de pronto la respuesta
de sus labios escuché.
–Soy la hija de una fiera
que va rompiendo tu tez.

Tal vez que fuera una tarde,
una noche o madrugada.
No quiero saber si fue un sueño
o de tus ojos, la  mirada,
o el estampido de un beso
que aún me alienta y me abrasa
los labios y el corazón,
como si fuese una llama.

¿Sabes por qué lo recuerdo?
Porqué se quedó en mi alma
esculpida como estatua,
cómo una antorcha de fuego
que a veces siento que me araña
los suspiros del aliento
y con las uñas de tus auras. 

Por lo cual siempre estás viva,
como si fueses un hada
que ilumina mi camino
cada día y en cada mañana.

–Hablamos. ¡Por qué hablas tú!
Sin mover los labios yo,
y tu entiendes lo que digo
con los ojos entornados
y la cabeza agachada,
sumergida en el vientre de la noche,
cómo una zarza enredada
en el fuego de mi boca,
 
enmudecida por las sombras
que hasta me privan del llanto
que se quedó tatuado
en los brazos del silencio.

Y en los delirios de sueños
salpicados de estruendos
que moran en las vaguadas
del tiempo, casi olvidado.

Pero la furia de tu alma,
sigue al sueño encadenado,
como si fuese una espada
que a mi pecho lo traspasa:
 
–Aún recuerdo las ruecas de tu lengua
al detonar en las rejas de mi ventana,
como un suspiro que vuelve
de un establo de la nada.

También sé, que están inermes
las dalias de aquella primavera
que se quedó en mi pluma enganchada.
cual el olor de las flores
que de tu cáliz derramas,
tantos besos sin perderse
que apenas, ya quedan nada.

No hay nadie que las acalle,
ni siquiera el firmamento.
No quiero ofender a nadie
pero tú, está en mis adentros
como si fueses el aire
que respiro, del aliento.
 
El día que ese me falte,
será cuando ya este muerto;
ni así creo que habrá nadie
que borren esos supuestos.
                                             *

lunes, 25 de noviembre de 2019

TE SIENTO COMO SOMBRA MUY LEJANA.



Te siento como sombra muy lejana
y ya no sé, si fuiste una ilusión
que una noche o tal vez que una mañana,
pudo haber soñado mi frágil corazón.

No sé, si tuve tu cuerpo entre mis manos,
los besos y la dulzura de tu amor.
No sé, si fuiste un fuego que temprano,
se apagó sin darme resplandor.
 
Pido al cielo sentir tu voz, Dolores,
y no tiene respuesta mi oración.
Te busco en mis sueños y en las flores.

Tal vez llegue sin sentirlo una mañana
 y tus auras regrese desde el sol
y esa voz no la sienta tan lejana.
              *

jueves, 21 de noviembre de 2019

¿CUANTOS PREGUNTARON, IGUAL?



          Voy preguntándole al cielo
          y a las montañas desiertas.
          Ya que esto mismo lo hicieron
          antes que yo, otros poetas.

          ¿De qué color es la muerte?
          ¿Es dulce o amarga hiel?
          ¿o de colores intransigentes
          con el nombre de mujer?

          Que extraña siento la muerte
          con sus zarpas de agonía
          y en cambio no es diferente
          al morir de cada día.
          Porque siempre está presente
          con sus inciertas felonía.    

          No le temo por ser muerte
          ni porque llame a deshora.
          La odio por ser prudente
          y sobretodo, traidora.
          Va adornada de excelente
          y presume de señora.
 
          Yo recuerdo algunas veces
          el refrán que así, resume;
          "Dime de que presumes
          y te diré de que careces"
          Es cierto que me consumes,
          pero conmigo pereces.
 
          Porque, ya no habrá lugar
          para sembrar tu amargura,
          cuando me hagas callar,
          estarás en mi sepultura
          y tan solo podrás llorar.
          Porque ya no habrá criatura
          que tú puedas enterrar.

          Alguien me recordara
          y dirán con alegría,
          su alma, ya emprendió el vuelo:
          -Ahogaste mis fantasías
          pero yo, me voy al cielo
          y te dejo en la agonía
          sin ápices de consuelo.
 
          -Me envolviste en la tristeza
          cuando pensé en mi dolor.
          Hoy bien sé, con gran certeza
          que tú, no tienes color.
          Tú termina y mi alma empieza
          a volar de flor en flor.
                    *

miércoles, 20 de noviembre de 2019

LLAMO AL MAS ALLA.



Oh, Dios mío, sigo sin comprender.
¡No entiendo nada!
Qué un niño para comer,
  tenga que competir con los cerdo
  en los muladares.
Buscando en estercoleros
las putrefactas basuras.

¡Qué pena, tiene que ser
para tu pecho Dios mío,
ver los niños perecer
muertos de hambre y de frío.
¡Por qué el hombre del poder      
anda en riquezas perdió.

Tengo hambre, Señor.
Hambre de enamorarme
de los que sufren el dolor.
Hambre de saber yo darme
a los demás con amor,
sin tener que preocuparme
porque se seca mi flor.

Cuando el hombre, tenga sed
de compartir la dulzura,
la riqueza, el poder,
el dolor y la amargura.
Entonces el hombre será
coronado en las alturas.
 
                            No crecerán más basuras,
ni niños en los muladares.
No harán falta sepulturas,
ni de rodillas andar
mendigando las criaturas
por un mendrugo de pan.
           *

lunes, 18 de noviembre de 2019

UNA PAUSA EN EL CAMINO.



Intento guardar la pluma.
Me apetece descansar.
Voy a irme a la laguna
que me ofrece el ancho mar
a disfrutar de su espuma
y de sus algas, respirar.

Voy hacer del sentimiento
un silencio en soledad     ,
y aparcaré el pensamiento
  en la sombría  oscuridad.
Espero que el sol y el viento,
fortalezcan mi ansiedad.

Y cuando acabe este evento,
si  la mi pluma emana miel
con mis yertos pensamientos
y soy los mismos que ayer:
sacaré de mis adentro
lo que llevaré al papel.
 
Quizás mi mente se aclare
con la luz del nuevo día,
si me poyo en los pilares
de la sacra simetría.
Entonces dibujaré
la rosa de la ambrosía,
como colmenas de miel
enredadas en la poesía.

Pero si, a ésta  no llegara
le pido al cielo bondad                                
para iluminar mi cara
con nítida claridad.
Claridad que iluminara
la afluente oscuridad.
                                         *


jueves, 7 de noviembre de 2019

LA PALABRA HECHA CARNE.


      
        La palabra hecha fuente
        del Espíritu de Dios.
        Vino a formarse en un puente
        desde más allá del sol.

        La rechazaron la gente,
        sin saber que era el dolor
        que sembraría en nuestra frente
        el más sangrante estupor

        La palabra puede ser,
        tal vez la piedra angular,
        o la orden del poder
        que se le da a un militar.

        "La palabra se hizo carne"
        Y no se llegó a escuchar.
        La palabra fue la sangre
        que bañó la humanidad.
 
        Y el hombre, hoy grita ¡Madre
        Líbranos de esta agonía
        y ayúdanos a despertar
        con la palabra que un día
        no quisimos escuchar.

        Antes que la profecía
        nos lleve a la oscuridad:
        la palabra que vendría
        a salvar la humanidad.
 
        Y la lacra e hipocresía
        que el hombre con su dudar
        se sumerge en fantasías
        para ocultar la verdad

        ¿Hasta cuándo? Yo diría
        si tuviera voluntad.
        ¿Hasta cuándo el alma mía
        Es igual que las demás?

        Dios mío;
        quiero ver la claridad.
        Engendro de Tu palabra
        desde aquella Natividad.
        Y envoltorio de hombre
        sepa aceptar tu bondad.

        Quiero entender Tu palabra,
        Dios mío, en el corazón
        y que el hombre la entendiera.
        con la voz de la razón
        para que el mundo no ardiera

        con una espada de fuego
        y que tu mano viniera
        que el corazón nos prendiera
        con llamaradas del cielo
        hasta que la tierra fuera

        como una hoguera de amor;
        del corazón de la Madre
        y que el don de tu calor
        me ayude a no ser cobarde,
        para pedirte perdón.

        Quiero llevar tu bandera
        aunque sea en forma de cruz.
        Quiero pastar en tu pradera
        contigo en el cielo azul
        cuando se apague mi vela,

       y si por ventura fuera
        digno de Tu gratitud,
        dame un segundo siquiera,
        para que halle la luz
        que nublara mi ceguera
            *

miércoles, 6 de noviembre de 2019

NO QUEDO DONDE BUSCAR.

                      

              No quedó donde buscar
              en todo el globo terráqueo
              y tan sólo pude encontrar
              unas huellas muy difusas
              las que no sabría explicar,
              ya que eran tan confusas
              que aunque me fue familiar,
              yo las conocía de algo
              sin saber de que lugar.

              La noche iba cayendo
              sobre mi frente cansada,
              y vi las nubes y el viento
              en la oscuridad cerrada
              y entonces quedé dormido
              sin hallar lo que buscaba.

              Llegó la aurora llorando
              y al despertar la escuché
              que decía. -¿Hasta cuándo
              tendré que emigrar sin ver
              lo que tú andas buscando
              sin forma, cuerpo, ni pies?

              Y seguí buscando y buscando
              ya que no podía vivir,
              si no encontraba ese algo
              y al final lo conseguí.

              Porque lo que yo buscaba
              era luz hecha poesía,
              y la presencia de Dios
              que entrará dentro de mí.

               Y a medias lo comprendí
              que lo esta parte de mí,
              desde el día en que naciera.
              aunque yo, jamás lo vi,
               ni le di valor siquiera
                         *