EL PENSAMIENTO SIN MENTE
DEL NIÑO
QUE NO NACE.
*
Un pensamiento extendido
entre los
cielos y la mar
¿Dónde
estás, amor perdido?
–Me hallo
en otro lugar
en los
brazos del olvido.
Recuerda que no he nacido,
ni estuve
nunca en el mar,
ni nadie
me ha conocido.
Porque yo
no puedo andar.
Recordar
que nunca he sido
de éste
mundo terrenal.
Sólo soy
sombra de nada,
vagando en
el espacio sideral,
como una
luz apagada
que jamás
será fanal.
Sólo soy un pensamiento
sin mente
donde aparcar.
Tal vez,
mi cuerpo sea el viento
de un
sueño sin despertar
que nace
después de muerto.
Vuelo sin alas en los cielos
y nada
puedo tocar.
Soy
garañón de luceros
que nadie
puede domar.
Tan sólo
me da consuelo
algún
poeta al hablar,
y en
ocasiones un trovero;
ambos, me
ponen el disfraz
que tejen
con su tintero.
Las amarguras y el dolor
a aquellos les pregunté.
¿Qué forma
tienen y color?
–Para ti,
inexistente;
no ha
nacido aún la voz
que pueda
serte coherente.
–No quiero ser pensamiento
sin labios
para expresar,
ni formar parte
del viento
con mi
estado incorporal.
Quiero
sentir desaliento
aunque me
arañe al llorar.
Quiero
sentir el amor
y el dolor
al despertar.
Porque un
alma sin dolor
no puede
morir o soñar.
No
quiero ser pensamiento
sin poder
nada aportar.
Aunque sea
un vivo muerto
quiero
sufrir y llorar
y no de un
grey sin aliento.
Quiero pensar describiendo
la bravura
de la mar.
Quiero
soñar, durmiendo
aunque no
vea el despertar,
porque ya
me esté muriendo.
Quiero reír, cantar y llorar
al formar
parte del tiempo,
donde se
pueda opinar
el deseo
de algún cuerpo
de rosales
o de azahar.
Como brillo del coral,
deseo
conservar la sombra
y un
sentimiento de paz
donde el
trino de una alondra
le pueda un día escuchar,
Quiero cuando sea mayor
que me
puedan enterrar.
Como el que
planta una flor;
allí
volvería a soñar
la dulzura
del amor,
si no me niegan el andar.
*