martes, 30 de septiembre de 2014

AQUIEN ME NIEGUA LA LUZ.


        EL PENSAMIENTO SIN MENTE
        DEL NIÑO QUE NO NACE.
                          *

        Un pensamiento extendido
        entre los cielos y la mar
        ¿Dónde estás, amor perdido?           
        –Me hallo en otro lugar
        en los brazos del olvido.

        Recuerda que no he nacido,
        ni estuve nunca en el mar,
        ni nadie me ha conocido.
        Porque yo no puedo andar.
        Recordar que nunca he sido
        de éste mundo terrenal.
        Sólo soy sombra de nada,
        vagando en el espacio sideral,
        como una luz apagada
        que jamás será fanal.

        Sólo soy un pensamiento
        sin mente donde aparcar.
        Tal vez, mi cuerpo sea el viento
        de un sueño sin despertar
        que nace después de muerto.

        Vuelo sin alas en los cielos
        y nada puedo tocar.
        Soy garañón de luceros
        que nadie puede domar.
        Tan sólo me da consuelo
        algún poeta al hablar,
        y en ocasiones un trovero;
        ambos, me ponen el disfraz
        que tejen con su tintero.

        Las amarguras y el dolor      
        a aquellos les pregunté.
        ¿Qué forma tienen y color?
        –Para ti, inexistente;
        no ha nacido aún la voz
        que pueda serte coherente.

        –No quiero ser pensamiento
        sin labios para expresar,
        ni formar parte del viento
        con mi estado incorporal.
        Quiero sentir desaliento
        aunque me arañe al llorar.
        Quiero sentir el amor
        y el dolor al despertar.
        Porque un alma sin dolor
        no puede morir o soñar.

        No quiero ser pensamiento
        sin poder nada aportar.
        Aunque sea un vivo muerto
        quiero sufrir y llorar
        y no de un grey sin aliento.

        Quiero pensar describiendo
        la bravura de la mar.
        Quiero soñar, durmiendo
        aunque no vea el despertar,
        porque ya me esté muriendo.

        Quiero reír, cantar y llorar
        al formar parte del tiempo,
        donde se pueda opinar
        el deseo de algún cuerpo
        de rosales o de azahar.

        Como brillo del coral,
        deseo conservar la sombra        
        y un sentimiento de paz
        donde el trino de una alondra
        le pueda un día escuchar,    

        Quiero cuando sea mayor
        que me puedan enterrar.
        Como el que planta una flor;
        allí volvería a soñar
        la dulzura del amor,
        si no me niegan el andar.
                     *

EL CANDADO DE MI PLUMA.

        


         El candado de mi pluma
         estaba en tu corazón,
         y el cielo medió la llave
         al separarnos, a los dos.

         En mis versos está la clave
         en forma de una oración
         para que mi pecho clame,
         pidiéndole a Dios perdón.

         Una daga se clavó
         dentro de mi corazón,
         cuando tu cara miraba;
         me traspasaza el dolor.

         Tu dolor, fue un estupor
         que hasta el alma me llegaba.
         Siendo tu mismo amargor
         el que en mi pecho sangraba.

         ¡Pero que nadie me diga
         que pudo ser lo mejor!
         ¡Aunque el Cielo me lo bendiga
         y pueda tener razón!

         Me sepultaron en vida,
         alma, cuerpo e ilusión
         y no encuentro la salida.
         Sólo tengo la oración
         y la pluma que me lleva
         a poder hablar los dos;

         de miles, de cosas bellas,
         de las flores y del mar,
         la luna y las estrellas
         que emergen como el coral,
                                             más allá de una quimera
         donde germina el panal
         que trepa como una yedra
         en mi alma de cristal.
         Y va rompiendo esa piedra
         como nunca lo fue igual.

         Con el fanal de tus ojos
         soy prisionero en tu alma
         y  me hieren como una daga.
         Aquella llama encendida
         de un fuego que no se apaga,
         ni se apagará en la vida
         aunque la muerte deshaga
        ¡mil veces, lo que se olvida!
                     *

lunes, 29 de septiembre de 2014

EL GRITO DE UN ALMA DOLORIDA.

       

        Es el grito de un alma encallecida
        que pone el pecho y corazón en sus poemas.
        Es el llanto de una voz
        que clama en el desierto de la vida.
        ¿Quién sabe sí seré algo de Dios
        y no la  oveja perdida?.

        Voy labrando en los campos de Aleixandre
        donde sembrará un día Luis Cernuda.
        Viajo en el tren de Miguel Hernández,
        y me ahogo con las aguas de Neruda.
        Y entre todos, no encuentro nuca a nadie
        que acallen los gritos de mí alma muda.

        Se confunde la quimera en mi boca.
        Soy un aprendiz, apenas de trovero.
        Pero busco en Federico García Lorca
        lo que hallé, de Alvaro Cunqueiro.
        Voy labrado con las manos en dura roca
        para hallar el corazón de Blas de Otero. 

        Sabe Dios, sí éste silencio callado
        pudiera algún día la luz ver.
        No pretendo imitar a los Machado,
        ni siquiera, a la sombra de Jorge Guillen,
        sólo deseo de este mundo helado
        que alguien me llegue a comprender. 

        Presiento que mis ojos están cerrados
        a la luz de un sensato amanecer,
        ya que no entro en los páramos vedados,
        de las frutas que no llegaré a comer.
        Su fuego, me rosa los costados
        el alma, corazón, pensamiento y piel.

        Con el llanto de mi pluma voy contando
        el amor y la amargura de la hiel.
        Con aire de la mano voy ofrendando
        por aquellos que extendieron tanta miel,
        en los campos donde yo me pierdo y ando,
        en la selva sorprendente del papel.

        Con el grito de mi alma retorcida
        voy llevando a los cielos oraciones,
        por aquellos que legaron de su vida
        tanto fuego deleitoso de ilusiones.
        Hoy le entrego con mi alma dolorida
        suntuosas montañas de razones.         
                          *         

viernes, 26 de septiembre de 2014

BRISAS DE AMOR.

                                                                           
 

 
 
        Me dijiste una noche
         –¿Qué es pata ti la poesía?
         Te conteste dulcemente:
         tus ojos son, vida mía.
 
 
        La poesía son tus ojos,
         tu aliento y tu respirar.
         Poesía es hasta es viento
         que tú dejas al pasar.
 
 
        Y cuando posan la miradas
         En tu silencioso andar.
         Como el filo de una espada
          se clavan en mi paladar        
         ¡Tú, eres poesía al hablar!
 
 
        Es una eterna poesía
         tu donaire de mujer
         que incluso la luz del día
         se eclipsa ante tus pies.
      
           
         Porque poesía es el aire
         donde emana tu belleza.
         Eres de mi musa, madre
         con tu dulzura y firmeza.
 
 
        Tus besos ya  son poesía
         que se enreda en tu mirada.
         Tu garbo y la simpatía
         son fuente de ella, mí amada.
 
 
        Porque heredaste del cielo
         el fragor de las estrellas
         y ere deidad del lucero
         donde anidan las más bellas,
 
 
        Ya que tú eres la musa
         que a mi mano y alma guía,
         para hallar la hipotenusa
         que converge en la poesía.
 
 
        De ahí que tú seas poesía,
         porque Dios, me dio del cielo
         la más frágil hipocondría,
         para que inundara el suelo
         con la luz de tu alegría.
 
 
         Esa sí, es la realidad
         del  objeto que me guía
         a poderte contestar
         para mi ¡Qué es la poesía!
                   *
 

 

jueves, 25 de septiembre de 2014

SI YO PUDIERA ENCONTRAR.



Si yo pudiera encontrar el peso,
la medida  y  rectitud para actuar,
sería  un hombre fiel a la verdad.
Esa verdad que he buscado
desde que empecé andar
con mis vacilantes pasos.

¿Quién posee esa verdad
que yo siempre ando buscando?
No sé en cuantos lugares
de la Tierra, Cielo y mar
he llegado a investigar.

Lo más próximo que hallé
de esa supuesta verdad,
fueron caras deformadas
de gente que andaba igual,  
y es que la verdad es tan rara
en manos de los demás.

Lo que para ti es mentira
para ellos es verdad.
Por eso el hombre se muere
de viejo sin encontrar
el sentido de lo exacto
de puntual realidad
que pueda ser deseado
por toda la humanidad.
                 *

CUANTAS VECES HABRÉ LEÍDO.

   
                 Cuantas veces habré leído

las mismas páginas,

                            las mismas palabras,
los mismos consejos,
los mismos reproches;
infinidad de veces
y aún no he conseguido
pronunciar tu nombre,
ni recordar tus azules ojos,
ni la seda de tus labios rojos,
y hasta el azafrán de tu pelo
se han perdido en mi mete.
 
No sé, si fuiste una ilusión
enredada entre mis sueños
como una yedra fugaz
que pasó sin darme cuenta
y hasta he llegado a pensar,
si yo seré una quimera
en el fondo de un abismo,
sin principio ni final,
más allá de un negro Olimpo
sin fanal en la eternidad,
donde no llegará nunca
la sonrisa de algún ser
qué soñando me dijera:
–Sueña si quieres soñar
pero jamás te diré
si un día fuiste real
               *