Me voy a guardar la pluma.
Me apetece descansar.
Voy a irme a la laguna
que me ofrece el ancho mar,
a disfrutar de su espuma
y de sus algas, respirar.
Voy hacer del sentimiento
un silencio en soledad
y aparcaré el pensamiento
en la sombría
oscuridad.
Espero que el Sol y el Viento,
fortalezcan mi ansiedad.
Y cuando acabe este evento,
si en la pluma
emana miel
y mis yertos pensamientos
son los mismos, hoy que ayer.
Sacaré de los adentro
lo que llevaré al papel.
Quizás mi mente se aclare
con la luz del nuevo día,
si me poyo en los pilares
de la sacra simetría.
Entonces dibujaré
la rosas de la ambrosías,
cuales colmenas de miel
enredadas en las poesías.
Pero si ésta no
llegara,
le pido al cielo bondad
para iluminar mi cara
con nítida claridad.
Claridad que iluminara
manantiales de bondad
que a todos ustedes llegara.
*