martes, 18 de junio de 2019

SUEÑOS PARA UN MAÑANA DESCONOCIDO.


 
    el estampido de los sueños de la mente
y las blancas alas de las hadas,
sobre las crines de los caballos alados
y el desfile de ángeles y querubines
arropados con miles de fantasmas,
al otro lado de las estrellas. 

Y el sueño que sigue cabalgando
a la deriva como bolas de granizo
que golpean ignorantes el alcacer,
sin abrirse los hojas del ciprés.

A lo lejos se siente trinar un ruiseñor,
deslizándose en las llanuras verdes del tiempo
y bañado por las olas de la luna,
en lo más largo y azul del viento,
donde las garras del pensamiento
van dejando estruendoso latidos del corazón
que lentamente se dejan apagar como una luz
cansada de alguna  llama, inerme.
 
  De aquél sueño transparente
y perdido en el plenilunio
de todas las congojas y aledaños.
  La verdad más cierta
  traspasan las murallas de la muerte.
 
Es cuando los sueños dejan de ser fantasías
para convertirse en las páginas del tiempo,
o en un ángel dormido en el Olimpo,
el que como fantasma se desvanece
más allá de las estrellas, quedando de ti,
solamente el cantar del ruiseñor,
extendido en las hojas amarillentas,
de un cuaderno olvidado.

Hasta que un día alguien pregunta:
  –¿De quien fue aquella sombra
que dejó en el otrora liras sepultadas?
Esto me recuerda que he de formar
parte del mismo farallón
en los brazos de un viento, azul enmohecido
que yace más aya del estampido  del tiempo
                      *