jueves, 10 de mayo de 2018

ES MÁS QUE EL CALOR DEL SOL..


 
Siento mi alma impregnada
de un fuego mayor que el Sol
Yo creo que es la mirado
de los ojos del creador.   

Es igual que una cascada
de manantiales de amor
que traspasa la ensenada             
del pecho y me da calor.

Un calor desmesurado
que se va encendiendo en mí,
como un cielo iluminado
de antorchas de oro y marfil.

Y hasta lloro de alegría
sin saber por qué razón,
la luz de la fantasía
me  inunda hasta el corazón.  .

A veces llego a creer
que en mi pecho viven dos,
fundidos en el propio ser
y uno grita a viva voz.

-¿Por qué, el poeta se pierde
en páramos de ambrosías?
Mientras el doble es el rebelde
que se ríe de las poesías.
                
Y entonces siento una voz
en  los adentros de mí,
que me la susurra Dios,
El que me inspira a escribir,

aquellas huellas que el viento
me dejaron cicatriz,
muy dentro del pensamiento,
las que apenas sé decir

cuando no siento el calor
del fuego de aquella llama,

          ¿es porque el Gran Creador,     
no está dentro de mi alma?

Y sin Él, no sé hacer nada.
Nada que pueda servir,
para atraer la mirada
de quien me intente seguir. 

 Pero el fuego de aquel sol     
que ilumina mi ventana;
sin duda que es resplandor
que Él me da cada mañana           
para inundarme de amor,    
con fuego de su mirada.         
           *

jueves, 3 de mayo de 2018

EL PENSAMIENTO SIN MENTE.

 

        DEL NIÑO QUE NO NACIÓ.
                          *
        Un pensamiento extendido
        entre los cielos y la mar.
        ¿Dónde estás, amor perdido?           
        –Me hallo en otro lugar
        en los brazos del olvido.
 
                                        Recuerda que no he nacido,
        Ni estuve nunca en el mar,
        ni nadie me ha conocido.
        Porque yo no puedo andar.
        Recordar que nunca he sido
        de éste mundo terrenal.
        Sólo soy sombra de nada,
        vagando en el espacio sideral,
        como una luz apagada
        que jamás será fanal.

        Sólo soy un pensamiento
        sin mente donde aparcar.
        Tal vez, mi cuerpo sea el viento
        de un sueño sin despertar
        que nace después de muerto.

        Vuelo sin alas en los cielos
        y nada puedo tocar.
        Soy garañón de luceros
        que nadie puede domar.
 
        Tan sólo me da consuelo
        algún poeta al hablar,
        y en ocasiones un trovero;
        ambos, me ponen el disfraz
        que tejen en su tintero.
 
                                        Las amarguras y el dolor      
        a aquellos les pregunté.
        ¿Qué forma tienen y color?
        –Para ti, inexistente;
        no ha nacido aún la voz
        que pueda serte coherente                                            –No quiero ser pensamiento
        sin labios para expresar
        ni formar parte del viento
        con mi estado incorporal.
        Quiero sentir desaliento
        aunque me arañe al llorar.
        Quiero sentir el amor
        y el dolor al despertar.
        Porque un alma sin dolor
        no puede morir o soñar.

        No quiero ser pensamiento
        sin poder nada aportar.
        Aunque sea un vivo muerto
        quiero sufrir y llorar
        y no de un grey sin aliento.

        Quiero pensar describiendo
        la bravura de la mar.
        Quiero soñar, durmiendo
        aunque no vea el despertar,
        porque ya me esté muriendo.

        Quiero reír, cantar y llorar
        al formar parte del tiempo,
        donde se pueda opinar
        el deseo de algún cuerpo
        de rosales o de azahar.

        Como brillo del coral,
        deseo conservar la sombra        
        y un sentimiento de paz
        donde el trino de una alondra
        le pueda un día escuchar,    
 
                                        Quiero cuando sea mayo
        que me puedan enterrar.
        Como el que planta una flor;
        y allí volvería a soñar
        la dulzura del amor.
                 *