Pienso que la eternidad
es un circulo cerrado
sin principios ni final.
Es el tiempo congelado
donde no hay ningún reloj
que la pueda seccionar.
Al empezar a cabalgar
en ese tiempo sin tiempo.
Por mucho que llegue andar,
llegaremos al mismo
centro
del espacio de una vía
sideral,
donde iniciamos los pasos
mucho ante de empezar.
"Si en la vida hay otra
vida
después de nuestro
final"
¿Qué es la vida sin la vida,
al pensar en la eternidad
que aunque mucho se camina,
estamos en el mismo lugar
de aquel punto de
partida?...
Sólo El Señor, me responde
y yo no le sé escuchar.
Porque no basta ser hombre
para ver la realidad
de lo que el cielo derrama
en las almas sin dudar.
Y sin preguntas malsanas
de tanta barbaridad
que el hombre lleva en su
alma.
–
Cuántas veces llamo al cielo
y no escucho su respuesta.
Me ahogo en el desconsuelo
al no encontrar esa puerta
que vería cualquier ciego.
Porque Dios la tiene abierta
cuando se siente su apego
en el alma del poeta...
y diste la vida por mí?
¿Y yo qué hago Dios mío
que no sea ofenderte a ti?
Nada hago, Buen
Pastor
que no sea ir derramando,
mis putrefactas basuras
ante tus brazos de amor.
¡Cuánta falta de dulzura!
Y de omisiones sin cariño
y hasta de fe por tener.
Me comporto como un niño
que aún no aprendido a
comer.
Dios mío, déjame pedirte
algo
que aun no sé, si es
coherente,
porque en mi lengua hay tal
fango
que hasta salpica la mente.
Te pido con humildad
que pongas Tus Sacras manos
entre mi piel y Satanás;
porque me va torturando
de la manera más cruel
hasta cuando estoy rezando.
Estoy casado Dios mío
de recibir arañazos
de ese ángel
"malparió".
Cansado de ver pedazos
de mí cuerpo, seco y frío
con los que él va jugando
cual si fuese un desafío
a tu Majestad, Dios mío.
Conmigo se va ensañado
al pintarme de colores
los más desértico prado
con falsas inexistentes
flores.
Él sabe que son de agrado
a esa la fiera
escondida
en mi pecho desolado.
con dicha fiera, mí espada.
Ella bien sabe atacar
cuando más está descuidada
o cuando goza de paz
en el silencio callada.
Cuando digo estar cansado,
no me refiero a vivir.
Porque Tu, Señor me haz dado
una fuente que sin ti,
me ahogaría desolado
si no pudiera escribir.
Pero sí que estoy cansado
de recibir del Averno,
arañazos y bocados;
se empeña en hacerme ver
de que no existe Tu Reino.
Dios mío, esa bestía es tan
cruel
que no ve que su veneno
no me puede convencer.
¡Por qué si no está lo
Eterno!
¿Cuál es entonces su papel
con sus repulsivas cuernos?
*