lunes, 8 de marzo de 2010

PUEDEN DECIR DE MI NECEDADES

Pueden decir de mi necedades.
Que es turbia mi alma,
El corazón y mi pluma.
Pueden ponerme de rodillas
Ante los tribunales
o reales academias.

Pueden decir que fui un don nadie,
maltrecho o ahogado en la pena.
Peor una cosa no podrán quitarme,
El amor sangrante de las vena,
ni decir que no fuera ecuánime
al formar los eslabones de esta cadena

Pueden sentir tedio del fondo de mis temas
por el oropeles turbio de su color.
Pero que nadie diga que mis poemas
no son hijos de la luz y del amor,
porque estaría levantando un blasfemia.
Sería como decir que no existe la luz del sol.

Dedjame que pinte con mis sueños la hermosura
del aliento de la luz y el respirar.
Dedjasme llegar con mi locura
a lo más profundo que esconde el ancho mar.
Para sacar a la luz la noche oscura
Del letargo en que crece el coral.

Decir si queréis que fui de viento
Una sombra sin apenas nitidez.
Decir si queréis que me ahogaba sin aliento
con mi pluma apenas sin caudal.
Pero no toquéis, por favor mi pensamiento,
dedjarle que descanse en su yerta oscuridad.

No negarle la fragancia del amor
Al que puso el cariño y la dulzura,
Porque se levantaría de mi alma el fragor
y desde el más allá gritaría en la sepultura.
No quiero saber si fui un falsa flor
que marchitó la soledad en su locura.

Yo siempre traté que mi dolor
No fuese contagiado a la criaturas.