viernes, 26 de noviembre de 2010

YO BIEN SÉ QUE ERES TÚ.

Yo bien sé que eres tú,
porque los besos de las sombras
dejaron huellas en mis labios
y aunque la noche, confunde,
siempre supe que eres tú.
La que derramas en mis sueños
la dulzura del recuerdo
de manantiales de aguas cristalinas
que en nuestros brazos durmieron,
cual los chorros de una fuente
que tantas veces probamos.

¡Qué digo yo! Una fuente no,
una catarata caudalosa del amor,
acariciada por las alas del suspiro
que va salpicando con las gotas de la noche
el tópico palpitante de los sueños.
Cuando los ojos cansados ya se cierran
en la clara y silenciosa oscuridad;
de los gruñidos agónicos de la mente.
–Muy bien sé que fuiste tú,
quien acariciaba la pluma de mi hada.

jueves, 25 de noviembre de 2010

SOBRE UNA ESTATUA DE ACERO

INTRODUCCIÓN DEL AUTOR
Es de mi mayor interés e ilusión, llevar a estas páginas lo que podríamos llamar un memorándum a mi pueblo de La Unión. Sé que se ha derramado mucha tinta en honor de los verdaderos sufridores, los mineros, pero aún creo que no ha sido la suficiente. Por lo que con mi pequeño "grano de arena" he intentado inmortalizar hechos y curiosidades estampadas en las huellas del pasado. He querido llevar a las nuevas generaciones de los descendientes de aquellos y de los que sientan interés, por saber como fueron las primitivas y desgarradoras uñas con las que se ensañó el destino de lo que empezó a ser el pueblo de La Unión. Y no me estoy refiriendo a mucha distancia del pasado, sino a nuestros padres y abuelos. Es cierto que en algunos de los relatos, al faltarnos datos que serían del mayor interés, sólo he dado unos nombres ficticios de personas sin apellido, o en su defecto, de un adjetivo empleado para determínales. Sin que lo anterior quiera decir que los acontecimientos más o menos novelados no estén apoyados en hechos reales. Demasiados hombres y mujeres, todos ellos merecedores de un recuerdo caluroso u homenaje y que la historia se ha olvidado de los mismos. Pero que sus huellas aquí quedaron sin que nadie las pueda borrar; más bien podríamos decir que siguen tatuadas en las esfinges de cada calle, de cada esquina, de cada galería o de cada pozo. Con 391 página y su precio 18 Euros.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

UNA NOCHE TUVE UN SUEÑO

Una noche tuve un sueño
que parecía realidad
y entonces sentí ansiedad
de irme al cielo a volar;
a abrazar a las estrellas
antes de empezar a pintar
un lucero de cristal.

La estrella se hizo alondra
y con ella cabalgué
a donde no habían sombras,
ni luz, en la oscuridad,
ni tan siquiera un suspiro
de una frágil claridad.
Entonces me desperté
con lágrimas de amargura
y hasta creo que lloré
cuando vi que la pintura,
eran rasgos en un papel,
de la mayor desmesura
y quise dormir otra vez
para buscar la dulzura
que en el sueño pude ver.

Entre sueños yo busqué
aquel sueño que perdí,
tan sólo pude encontrar
un desecho del pincel
con el que quise pintar
en las estrellas tu tez.

El que un pintor me prestó,
con el que quise pintar
una luna y sol mayor;
donde los niños jugaban
hacer tartas de pan y miel
y que los rostros brillaban
saturados por comer.
Y las guerras se libraban
con espadas de papel.

Ya que en mis sueños la muerte
no tenía donde aparcar.
No había maldad en la gente,.
sólo sonrisas y bondad;
como aquel sueño que tuve
cuando fui al cielo a pintar.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

DEJADME GRITAR UN POCO...

Es una mención especial
Por las víctimas de las drogas.

Dejadme gritar un poco
para desahogar el pecho.
Dejar que salga esa fiera
que le muerde a este loco,
que me retuerce hasta el alma
con cuchillos venenosos
del opio en forma de espada.

Dejadme respirar el fuego
que viene de las cucharas
con dagas de jeringuillas
que hasta el alma me traspasa,
cuando veo en las esquinas
las recelosas miradas
del que venden cocaína.

Siento dolor en las uñas
de los pies hasta los labios
y hasta en la punta de los cabellos
como si un rayo partiera
mi alma en dos mitad.
Dejadme gritar con fuerza
y llorar, por caridad,

a aquellas sombras vivientes,
de hijos encadenados
a las mazmorras de la muerte
y de padres traspasados
por el frío, y lapidados
por las garras de los dientes
en sus noches desolados,

donde madre se retuercen
al ver a sus hijos entre sábanas
de periódicos apestadas
y convertidos en muladares
de sierpes agonizantes
y con los ojos sin brillo,
sin sangre en el corazón.

Ciegos sin lazarillo.
Prisioneros maldecidos
porque no queda una sombra
para guareces los ojos
deshechos por los martillos
del hombre que los devora,
a los hombres ¡No, a chiquillos!

De los florales de las calles
ya no se siente el estío.
Pero sí, a los criminales.
No debieron de haber nacido,
ya que el veneno que respiran
en oro lo han convertido
y en pulseras de brillantes.

Un día, una mañana o cualquier noche,
los ojos de las tumbas
taladrarán sus vientres y sus almas
impías. Y las espadas del silencio
arderán en sus gargantas;
cual muladares podridos
le arrojaran en la cara.
Los ladridos de los perros
a esas bestias que matan
a los hijos de la noche
que fueron la flor y nata
de hogares ya destruidos.

Dejadme que gritar un poco
a ver si con mi alarido
se pudieran despertar,
mujeres y hombres heridos
a manos del criminal.
Animales mal paridos
en los esputos de las drogas
que venden, los mal nacidos.
*

martes, 16 de noviembre de 2010

SI EL POETA NO PINTARA.

Si él poeta no pintara
las alfombras del amor,
no habrían enamorados de la luna,
ni existiría las alondras de los labios
desplegadas en los brazos de la noche.

Si él, no pintara el alma de las rosas,
ni fundiera en su pecho
los rayos de las estrellas.
El amor sólo sería una promesa
compartida con secreto de las sombras
y sin sabor del manantial de los labios.

Para el poeta, el amor
no sólo es una caricia derramada
en las cubres de su pecho.
El amor, para él son las estrellas
desplegadas en la noche;
el volar de gaviotas en el mar,
los suspiros de las rosas y amapolas
abatidas por la brisa de un cantar,
y también las lágrimas del rocío
deslizadas en corolas de azahar.

¡El amor! son tantas cosas
que se tienen y no se dan;
como pueden ser la alfombra,
de sonrisa empapada de caricias,
o la luz del alma en la oscuridad,
con la mirada en silencio.

Mensajeras de palabras sin hablar
o galeones cargados de esperanzas
y trasladados sin requiebros
a los mares turbulentos de la noche,
sin la distancias compartida de otros ojos...
que se puedan enredar en dichas almas.

El poeta se embriaga con carmines de las rosas,
del mirto, el lirio o el clavel,
del arrayán, los lucero y la aurora
y a veces se deja convencer,
de campiñas cubiertas de mimosas
que dan vida a otro nuevo amanecer,
donde canta el ruiseñor con mariposas
en los mares de trigales y alcacer.

Aunque el poeta, también llora.
Su llanto son regalos al componer,
manantial de sangre roja
y surtidores de amor sobre el papel.
Pone de su mundo subterráneo
el anhelo y la dulzura de la miel,
extendida como alma solitaria,
sumergida en las montañas del placer. .

Cuando el poeta se esconde en las cavernas
del amor hambriento y de la sed;
se retuerce en las cloacas del silencio
las que taladran la sombra de su ser,
con la daga de abrojos en soledad
y se duerme en los pechos del deseo
sin escudo que le pueda proteger.

Pero lleva la bandera del amor
enarbolada más allá de las estrellas,
donde deja tatuado su dolor
como flores de ambrosía a doncellas,
con la luz que le dá el astro Sol.

El poeta ya cansado va a volar
con su deidad más allá del firmamento
y en su aprisco, él quiere descansar
en los brazos cautivos del silencio.

Más allá donde mora el ultramar
y apoyado en las murallas del amor.
Él se deja por los vientos arrastrar,
como sombra que duerme en la distancia
y navega sin rumbo a algún lugar
donde el amor se enreda con el alma.

Y no hay nada que le pueda despertar
del amor que ha sido su bandera;
solamente el suspiro de las flores
y el cantar del ruiseñor, le hacen llorar,
cuando siente la voz de su Dolores...

lunes, 15 de noviembre de 2010

PARA PODER SOÑAR...

PARA PODER SOÑAR.
Hay que vivir en Cabo de Palos.
*
En este rincón de España
aún conserva la pureza
que le diera el Creador.
No existe mayor belleza,
ni lugar que brille el Sol,
con don de naturaleza.

Solamente las estrellas
se podrían comparar,
a las deidades más bellas
de éste hermoso litoral,
donde duermen las palomas
y la noche hace soñar
confundiendose su aroma
y la más bella y realidad
con la más estridentes formas.

Aquí se rompe el silencio
y el alma en dos mitad,
y cuando llora la Luna
te sientes acariciar
con las olas en la arena,
lo mismo que el tajamar
del navío al navegar
que se adentra en su pecho
cuando le besa la mar.

Ese beso es la promesa
que se tatuó en la mar
por la fiel naturaleza,
cuando la mano de Dios
la engendró un día al soñar
con su derramar de amor.
*

jueves, 11 de noviembre de 2010

¡QUÉ DIRÁN LOS HIJOS DE UN MAÑANA...

¿Qué dirán los hijos de un mañana
del pueblo de Cabo de Palos?
Ellos dirán, poco o nada
de la hereda del pasados.

Hablarán que en sus legados,
cubrieron su frágil piel
de cementos y forjados.
Y nadie hablara de él,
al no ser lo maltratado
que le dieron a su piel,
de amargura, lo enterraron.

–Los que a ti te sepultaron,
puede que lloren un día.
Esos que hasta te negaron
la belleza y la alegría.

Hoy me anticipo contigo
a llorar tus amarguras.
¡Tu amargura! Viejo amigo,
ya que eres sepultura
de un litoral convertido
en cemento, en desmesura.

Y descontrol de pureza,
a lo que llaman progreso,
matando naturaleza
con sus murallas de yeso.

Tus hijos preguntarán
–¿Dónde moran tus colinas,
acantilados y los peces
o tus aguas cristalinas?
–En sollozos prominentes.

Hoy tu nombre, solo es "Faro",
en la distancia del tiempo
de aquellos que te adoraron,
y aún te ven después de muertos

El Faro preguntarías.
–¿Cual ha sido mi pecado
o el de mi ancha bahía?
Tal vez que me han condenado
por mi indulgente alegría;
esos que a mí me han robado
la inocencia que tenía.
Vaticino a todos ellos
que lo pagaran un día.

Me han convertido en el vientre
de las cutres porquerías.
Del olvido es evidente
que fui candor y armonía.
Y así me paga la gente
con la más lenta agonía
que es vergüenza de mi frente
y de los, que me querían.

REMANSO DE UN CORAÓN

.

Aún retumban las palabras en mi mente
y de tu boca la fragancia de la voz.
El chasquido de tus labios yo lo sueño
en el interior del alma, su calor.

Eres flor que el espejo de tu entorno
ilumina el sendero del amor.
Eres agua desbordante de cascada
que aumenta la sed de la pasión.

Por ti rompería las murallas
de los moldes que formara El Creador.
Tu belleza y escultura son las vallas
que alimenta la mirada a un pecador.

No es posible que tu cara sea real,
ni la sombra que rodea tú mirada
o la que derrama tu cintura al andar.
El torrente mas ansioso de cascada
que un amante pudiera desear.

En tus senos se refleja la pasión
más ardientes de las sombras del mendigo
que roza la locura y sin razón.
Tu hermosura y fragancia es el castigo
que envilece mi alma y corazón
y no puedo conseguir, ni ser tu amigo.

De tu fuego se desprende una llama,
en la sima de una mente desbordante.
Ere fuego deslumbrante de una cama,
donde yace el instinto más punzante.

Quiera el orbe que tu estampa sea lo bueno
que creciera y se forjara en el camino.
Tu belleza es la estirpe del veneno.
Si no fuese porque es de lo Divino
yo diría que tu entorno, es el Averno.

Soy esclavo de los lazos más profundos
que salpican la hermosura de tu cuerpo.
Soy cautivo y libre, con mi mundo.
Pero tus ojos y tus labios con cariño,
van jugando con lo más irrealizable
y tus manos me manejan como a un niño.
*

miércoles, 10 de noviembre de 2010

EL IDIOMA DE LOS NIÑOS

Una niña me miró
y a la cual correspondí.
Su mirada era de amor
por lo que, la comprendí.
Tres años tal vez tendría
pero me hizo escribir
lo que en su ojos leía.

Nos miramos tiernamente
donde surgió una expresión
y los labios de la mente
nos comunicó a los dos,
un te quiero reverente
que en mi alma se clavó,
como una daga o un diente
que me arañó el corazón.

Su puñal fue trasparente
lo que llegó a ser mayor
que el pasado, el futuro
y el presente.
Sí, conjugamos el amor
que puede haber en la gente
que nos dan un día su adiós,
veríamos que es la fuente
de aquél legado de Dios...

Mi mayor felicidad,
es cuando leo en los ojos
de los niños la verdad.
Ellos me hablan de cosas
que nadie podría explicar.
El idioma de esa rosas
no se puede descifrar.

Tan sólo quien sea cual niño
sé, que llegará a ser capaz
de interpretar el cariño
que ellos suelen derramar;
cual cataratas de luz
que pueden iluminar
más allá del cielo azul.

Los niños son manantiales
de arco iris de amor.
Sus dulzuras son glaciales,
más que el volumen del sol.

Quiero llorar como un niño,
cantar, correr y reír.
Quiero jugar con las cosas
que al hombre, hace al sufrir.
Por que los niños son rosas
que se suelen marchitar
cuando el mundo las deshoja.
Entonces queda de ellos
lo que se podría llamar,
sombras de recuerdos bellos.

martes, 9 de noviembre de 2010

NADIE PUEDE SABER...

No hay manera de saber
el ocaso de una pluma,
para gloria o suerte de mi ser.
Pero sí que siempre es cierto
que las flechas de este alma
van dirigidas al cielo.
Y tengo prisa, mucha prisa
por labrar la tierra húmeda
de tantos campos de fuego.

La tierra que fui pisando
y que nunca supe que era tierra
desde mis propios establos,
donde dormían las sombras
de sueños encarcelados
en los brazos del silencio.

Si el hombre, pudiera acallar
los suspiros del gigante;
ese que masacra la sombra de su pecho:
el que araña con sus garfios
el silencio de la noche.
Seguro que no lloraría
la pérdida de los labios.

Esa que nunca se cansa
de marcar el estío de la mente,
ya que hay veces que hasta llegas
a creer que es un ser muy diferente,
porque acorta la distancia
que nunca estuvo presente.

Y es porque el hombre no ve
que su alma no esta rota,
ni es capaz de creer o suponer
que a todos, el cielo nos dota
de sus panales de miel
*