martes, 16 de junio de 2020

DESCANSA SOMBRA CRUEL.

        

         Descansa sombra cruel
         y deja que la agonía
         galope en la noche fría,
         buscando el amanecer
         y la luz de un nuevo día.

         Deja que la luz se adentre
         en la yerta oscuridad.
         Descansa sombra maldita
         más allá de lontananza;
         porque tu alma, me quita
                            la ilusión y la esperanza  
         mientras mi pecho vomita.
 
         los abrojos del camino
         que me hacen llagas en los pies,
         en el alma, y en la frente
         y hasta el corazón, también.
 
                           Deja que la luz del día
        sea el testigo exponente
         de toda la hipocondría
         que anida en mi pecho y mente
          con dulces melancolías.

         Quiero borrar las sombras
                            de los recuerdo efímero.
         Quiero escuchar de la alondra
         alguna canción del cielo.

         Y que la mar, con sus olas
         me deje pintar un lucero,
         tulipanes y amapolas,
         de los mares y las praderas

         y cabalgar sin descanso
         hasta lograr de la esfera
         los jardines de amaranto
         y de ambrosías en primaveras.

          Es mejor morir con llanto
         en el orbe de la tierra
         que dejarse arrastrar
         por las garras de una guerra,
         del fondo del corazón
         o sin saber donde aparcar
         los frutos de malas yerbas.       
         
         Deja que la luz traspase
         la murallas del destino,
         porque con ellas se esparcen
        las cenizas en el camino
         y las arenas de los mares.

         Me gustaría que ni el viento,        
         moviesen las flores de mi tumba
         o que tan sólo fuese el soplo de tu aliento,
         el que me sigue a todas partes
         como su fueses una sombra.
                                                                                          
         Hay un sinfín de dulces cosas 
         que quisiera olvidar de ti.
         Para no verlas me bastaría.
         arrancarme el corazón.

         Porque tu alma es para mi,
                            con los destello de tus ojos;
         el suficiente aliento para vivir        
         con deliciosos abrojos,

          que más que vivir es morir,
         ya que eres parte de mis ojos,
         y así seguirás hasta el fin
        de los recuerdos que aún recojo
        que le hacen a mi aliento revivir.
 
         Ya que el latir de un cuerpo
         no se pueden dividir,
         ni el amor, ni el tiempo
         ni la luz del mismo sol
         no se puede separar su llama

         de la estridente luz de la luna,
         ni el dolor, se puede partir en dos,
         ni tampoco se puede dividir el alma.
         De ahí, que no quiera vivir sin ti,
         ya que bien sé quesería igual
         que si andar sin el corazón.  
                       *

 

jueves, 11 de junio de 2020

SUEÑOS PARA UN MAÑANA.

          
        
   Con los estampidos de los sueños de la mente
         y las blancas alas de las hadas
         sobre las crines de los caballos alados
         y el desfile de ángeles y querubines
         arropados con la frente blanqueada.

         Al otro lado de las estrellas,
         seguiré navegando con los sueños
         a la deriva como bolas de granizo
         que golpean ignorantes el alcacer,
         sin despertar las hojas del ciprés.

     A lo lejos se siente trinar un ruiseñor,
         deslizándose en las llanuras verdes del tiempo
         que se fue a bañarse con las olas de la Luna,
         en los lagos más largos y azules del viento
         y sobre las  vertientes de unas lagunas
         que abren las ventanas al pensamiento;
         la que van dejando  latir el corazón
         que lentamente se deja apagar como una luz
         cansada de derramar su llama inerme.
 
                           De aquél sueño inexistente,
         se encuentra perdido en el plenilunio
         de todas las congojas y aledaños
         de la verdades mas cierta
         que traspasarán las murallas de la mente.

         Es cuando los sueños dejan de ser fantasías,
         para convertirse en un páginas del tiempo,
         en un ángel verde o azul del olimpo,
         o tal vez en el fantasma que se desvanece
         más allá de las murallas de las estrellas.

         ¿Qué, que ha quedado de mi?
         Solamente el trino del ruiseñor
         extendido en las hojas amarillentas
         de unos cuadernos olvidados.
         Hasta que un día alguien pregunta:
         –¿De quien fue aquella somb
         que dejó en el otrora liras sepultadas?

         Esto es lo que me recuerda que he de formar
         parte del mismo farallón que todos,
         en los brazos de un viento enmohecido
         y salpicado en un ayer, más que olvidado. 
                               *

viernes, 5 de junio de 2020

CON LA CABEZA INCLINADA.

          
       Con la cabeza enchinada
       y los brazos puestos en cruz,
       voy soportando miradas
       que dañan el brillo del cielo azul.

       Y cuando las espadas de la noche
        te cubren con su silencio blanco,
        o en el rocío del llanto de las rosas;
       se inclinan mis rodillas encallecidas,
       en el negro asfalto de los llantos

       y de rodillas camino
       sobre las hirientes arenas,
       donde los bramidos de la mar,
       salpican las sorprendentes sombras
       de un amanecer sin alba,

       y entonces voy rodando sin descanso
       con la cabeza inclinada.
       Por no herirte, noche negra
       con los garfios de las miradas.

      Pero tú, que todo lo oscureces
       me has pisado las entrañas
       con las zarpas de la soledad      
       y ando continuamente
       de rodillas y arrastrado
       en las cloacas del miedo.

       Del miedo a la sombra inerme
       que se deja deslizar
       por los brazos de la mente
       y los aullidos de los besos
       que arañaron las rodillas
       y por llorar tanto, al quererte:

               –Cuando el miedo se ausentes en el averno
       y escupa en mi cabeza blanqueada;
       ahogada en el yerto lodo de  los pasos.
       Sentiré que un alma no puede despertar
       a una hora cualquiera del ocaso,
       ni en la débil, sepultada  claridad.
 
                         Por que, ni con el fuego de sus miradas penetrantes,
        ni tampoco con sus  uñas afiladas,
        no podrán ahogar el eco de mis suspiros,
        ni tan siquiera con sus miradas punzantes,
        lapidarán el envoltorio de lo que he sido.
    
       Pero los ojos brillantes de las estrellas,
       sé que me amamantarán con sus pechos.
       Y entonces el clamor de mis rodillas
       se inclinarán en las murallas del espacio sideral,
       buscando entre los ojos de la noche
       la luz perdida de una aurora  y su fanal,
       para ofrendarles las sombras de mis sueños.
                      *                 

 

martes, 2 de junio de 2020

VAGANDO SIN ESPERANZA.

  
       
        ¿Dices que no existe Dios?
        –Yo respeto tu teoría,
        pero no eleves la voz,
        pidiendo con felonías
        algún milagro de un dios
        de los que en ellos confías:
 

         –Falsas son tus observancias
        y errónea tu crueldad:
        –Mayor aún tus ignorancias
        al decir que la verdad
        son frutos de circunstancias.

        ¿El sol? No es una ilusión,
        ni la luna una quimera.
        El día es la estación
        donde el humano y la fiera
        escuchan su corazón.
 
                                    ¿Quién puso dentro la esfera
        el orbe y las estrellas?
        ¿Quién puede hacer una escalera,
        para llegar hasta ellas,
        sin que exista el sol, siquiera?.
 
        ¿Si Dios no lleva el timón,
        dame una prueba que pueda
        sostener tal sin razón?  
        –El hombre invente quimeras
        Para los  bobos darles ilusión.     
                           
        –No me vele tu teoría;
        es una respuesta muda,
        ya que formas una utopía
        de confusiones de dudas.

        –Difícil es decir que sí,
        pero más incierto es el no
         a tu supuesta razón.
        –Yo por si acaso me quedo
        con Dios en mi corazón,
        como un escudo de fuego.

        Lo tuyo siempre es la voz
        de deidad desconocidas.
        Lo mío, es el  amor de Dios
        que siempre manda a mi vida
        una luz mayor que el sol.

       Yo, vivo con la dulzura
        del cielo y lo divino.
        Tú vives con la amargura
        de no hallar otro camino
        que no sea la sepultura.

        Yo, navego con locura
        hacia el puerto de los cuerdos
        y tú nadas en desmesura
        emancipando en ti, el miedos.
        Tú con dolor, y yo, dulzura;

        a pesar de que soy viento
        que nació siendo basura.
        Pero muero muy contento
        porque Dios desde su altura
        no me abandona un momento.
                   *

lunes, 1 de junio de 2020

IMPERFECCIONES AJENAS.

   
       
        Cuando usted mires en mi espejo;
        contemple bien su retrato
        y si es que me da algún consejo,
        procure que sea barato,
        ya que al mirar, mis reflejos
        con los tuyos me delato.

        ¿Buscan mis hastías codicias
        que hay en mi corazón?
        –Pues verán que su avaricia
        no encuentra la solución
        del presente que le asfixia.
        ¡Y no me de una razón
         que con su bondad me oficia¡

        ¿Quieren ver de mi cultura
        los defectos en la poesías?
        –Y en cambio no ve la altura
        que alcanzan sus fantasías.
        Lo mío, siendo locura
        convierte la noche en día.

        No tires nunca una piedra
        sin medir bien la distancia,
        porque hay amargas yedras
        que confunden la ignorancia.
        Tal vez, sin querer lo hierran
        al restarme tal fragancia.
 
                                    "Cuántos veremos la paja
        en ojos del semejante”
        y en su mente las amortajan
        sin buscar lo mas flagraste
        que a los pechos los relajan;
        y hasta me llamas tunante.

        Yo no puedo comprender
        del hombre, ciertos eventos,
        cuando alardean de saber
        con su frágil pensamiento.
        Yo sólo puedo entender  
         o al menos, siempre lo intento
         de ver que no soy tan fiel.

        Por lo cual quiero inventar
        con mis sueños unas criaturas
        que me lleguen a tolerar
        mi deficiente cultura.
        ¡Siempre que sean capaz
        de exhibir sus gran dulzuras!

        Creo que puedo aportar
        lo que navega en la mente;
        y lo que intento trasladar
                                    a aquella sencilla gente
        que se contenta al mirar
        en espejos transparentes.
 
                                    No quiero herir con destello
        de mis estridentes labios,
        aquellos romances bellos
        que sembraron hombres sabios.
        Yo siempre, me apoyé en ellos,
        por que me son necesarios.
        Por lo cual yo, estoy contento.
                                                      *