jueves, 7 de noviembre de 2019

LA PALABRA HECHA CARNE.


      
        La palabra hecha fuente
        del Espíritu de Dios.
        Vino a formarse en un puente
        desde más allá del sol.

        La rechazaron la gente,
        sin saber que era el dolor
        que sembraría en nuestra frente
        el más sangrante estupor

        La palabra puede ser,
        tal vez la piedra angular,
        o la orden del poder
        que se le da a un militar.

        "La palabra se hizo carne"
        Y no se llegó a escuchar.
        La palabra fue la sangre
        que bañó la humanidad.
 
        Y el hombre, hoy grita ¡Madre
        Líbranos de esta agonía
        y ayúdanos a despertar
        con la palabra que un día
        no quisimos escuchar.

        Antes que la profecía
        nos lleve a la oscuridad:
        la palabra que vendría
        a salvar la humanidad.
 
        Y la lacra e hipocresía
        que el hombre con su dudar
        se sumerge en fantasías
        para ocultar la verdad

        ¿Hasta cuándo? Yo diría
        si tuviera voluntad.
        ¿Hasta cuándo el alma mía
        Es igual que las demás?

        Dios mío;
        quiero ver la claridad.
        Engendro de Tu palabra
        desde aquella Natividad.
        Y envoltorio de hombre
        sepa aceptar tu bondad.

        Quiero entender Tu palabra,
        Dios mío, en el corazón
        y que el hombre la entendiera.
        con la voz de la razón
        para que el mundo no ardiera

        con una espada de fuego
        y que tu mano viniera
        que el corazón nos prendiera
        con llamaradas del cielo
        hasta que la tierra fuera

        como una hoguera de amor;
        del corazón de la Madre
        y que el don de tu calor
        me ayude a no ser cobarde,
        para pedirte perdón.

        Quiero llevar tu bandera
        aunque sea en forma de cruz.
        Quiero pastar en tu pradera
        contigo en el cielo azul
        cuando se apague mi vela,

       y si por ventura fuera
        digno de Tu gratitud,
        dame un segundo siquiera,
        para que halle la luz
        que nublara mi ceguera
            *

No hay comentarios: