¿Dices que no existe Dios?
–Yo respeto tu teoría,
pero no eleves la voz,
pidiendo con felonías
algún milagro de un dios
de los que en ellos confías:
–Falsas son tus observancias
y errónea tu crueldad:
–Mayor aún tus ignorancias
al decir que la verdad
son frutos de circunstancias.
¿El sol? No es una ilusión,
ni la luna una quimera.
El día es la estación
donde el humano y la fiera
escuchan su corazón.
el orbe y las estrellas?
¿Quién puede hacer una escalera,
para llegar hasta ellas,
sin que exista el sol, siquiera?.
¿Si Dios no lleva el timón,
dame una prueba que pueda
sostener tal sin razón?
–El hombre invente quimeras
Para los bobos darles ilusión.
–No me vele tu teoría;
es una respuesta muda,
ya que formas una utopía
de confusiones de dudas.
–Difícil es decir que sí,
pero más incierto es el no
a tu supuesta razón.
–Yo por si acaso me quedo
con Dios en mi corazón,
como un escudo de fuego.
Lo tuyo siempre es la voz
de deidad desconocidas.
Lo mío, es el amor de Dios
que siempre manda a mi vida
una luz mayor que el sol.
Yo,
vivo con la dulzura
del cielo y lo divino.
Tú vives con la amargura
de no hallar otro camino
que no sea la sepultura.
Yo, navego con locura
hacia el puerto de los cuerdos
y tú nadas en desmesura
emancipando en ti, el miedos.
Tú con dolor, y yo, dulzura;
a pesar de que soy viento
que nació siendo basura.
Pero muero muy contento
porque Dios desde su altura
no me abandona un momento.
*
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