No tuve cosas más bellas
que pudiera compartir,
a demás de las estrellas.
Mis hijos, las flores y el mar.
Siempre fue la luz de ellos
mi más valioso caudal.
Tuve la luz de los cielos
y las praderas a mis pies.
Volé en siderales vuelos
con los sueños de papel,
más allá de los luceros
y en grandes espejos de ayer.
y páramos de amapolas.
Pude hablar con un clavel
que le ofrendaba a mi Lola.
con el amor de mí ser,
henchido como una ola.
No
me faltó nunca el aire,
ni el más bello amanecer,
ni de la flor el donaire,
ni el verdor del alcacer.
Y no hubo, más rico nadie,
con la más bella mujer.
Fui,
como un ábrego errante
que quiso ser tramoyista.
Nunca fui, exuberante
aunque sí, cosmopolita
de la tierra, parte a parte
y siempre en el corazón,
lleve a la Virgen Bendita.
Y en el espacio sideral
fui a la grupa del viento.
Mis armas fueron la paz
y mi escudo, el pensamiento
cubierto de libertad,
con lo que soñé despierto.
queriendo hallar la virtud
de nuestro mundo en disturbios.
Y me encontré, en el senectud
con el dulce, amargo y turbio
que da una pesada cruz.
Y fui
enredado en la poesía,
del amor y la bondad
de la gente que quería.
Pero siempre en soledad.
hasta descubrir un día
que sólo no ande jamás.
Mis armas, la fantasía.
Mi espada la realidad.
Mi estandarte, la alegría
con los que podía ofrendar
al hombre marcialidad
para andar con gallardía.
que mis ojos vean la luz
antes de que llegue el día
que yo, esté en el ataúd.
Quisiese que mi poesía
la hubiese leído tú
Cuantas
vez que me pregunto
¿Por qué mi alma, va sola?
Y Oigo una voz en lo profundo
como el bramar de una ola
que, me aclara en un segundo
el por qué mi alma llora.
Llora por besar el viento
los pájaros y las amapolas.
Llora porque, ni un momento
puedo separar, a mi Lola
de mi ardiente pensamiento.
!Por eso este alma llora¡
*
No hay comentarios:
Publicar un comentario