Fui por la vida
acariciando el aire,
mirando las estrellas
y contemplando el sol
Me conforme con sus
brisas suave
y me sentí fuerte
con los ojos puestos en Dios.
Es poco lo que a la vida
he pedido para mí;
mucho lo que deseé
para los demás.
Me contento con ese mucho poco que
alcancé
y me siento muy
contento al respirar,
con ese poco mucho
que logré.
Al despertar nunca
pude conocer
el sentido,
inquietante de la verdad.
Verdad o mentira de algún absurdo
ser.
Quizás
que en el ocaso del sendero
pueda ver un día las
luces del camino,
y las estrellas que he perdido;
esas que pernoctan
en las llanuras
de las campiñas del cielo.
Si pudiese suplicar
el perdón de los
fracasos.
¡Pero no lo voy hacer!
Soy un ignorante persevero
que no escucha, ni
siquiera
los consejos que me llegan
desde lo más alto
del cielo.
Ni aún hoy, en este
momento
Sé orientar los
pasos ¡dónde voy¡
Sólo sé ir a donde
me lleva el viento.
cuando despierto de los sueños,
y cuando creo estar
despierto;
miro y veo que soy una brisa, quizás
o talvez lo que
queda de un lamento.
Que poco o nada puedo
dar
como un ser que ya está
muerto.
Camino siempre sin
saber andar
con los posos de un
niño vacilante
y con la mayor torpeza
y sin a tino.
Trato de llegar alguna parte,
Sin saber donde se
haya mi destino.
de cualquier sombra
del viento?
Seño, te pido que en
las caídas
me ayudes a levantar
mi cruz,
ya que
de lo contrario estaré muerto.
Muerto
en la eternidad sin luz.
*
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