“Perdones tanta
insistencia”
*
Quise abrir
una ventana
de mi
corazón dormido,
cuando
pasaba el cortejo
de nuestro
Señor herido.
Tuve miedo, ¡sabe Dios!
porque en
aquellos sayones
que al
Creador fustigaban,
también me
encontraba yo,
mi brazo estaba escondido
en las
sombras de la muerte
como un lobo
malparido.
en medio de
aquella gente
que gritaban
con Caifás,
¡Crucifícale,
crucifícale Pilato,
ya que es un
criminal!
Sentí
vergüenza y espanto
cuando en sus labios escuché
–"Padre
mío, perdónales"
es asco lo
que me daba
cuando
escuche aquella voz,
que aun así
me perdonaba;
y hasta creo
que me miró
con gran
amor y bondad
como siempre
lo hace Dios,
lo cual me
hizo temblar.
que seguía
Al Redentor,
y apenas si
encontré fuerzas
para pedirle
perdón;
y es que el
dolor y la vergüenza
no me
dejaban ser yo.
De pronto
fue la amargura
cuando de
bruces cayo
cual si
fuese una criatura
de este mundo,
en vez de Dios.
y en medio
de aquellos gritos
oí, a la Virgen llorar.
Me sentí aún
más maldito
al ver que
no hacía nada,
para liberar
a Cristo
de aquella
masa malvada.
Aún creo
escuchar los martillos
que los
clavos golpeaban
y unos
silenciosos gritos
cuando a
Cristo desgarraban
la carne
ensangrentada
de sus manos
y los pies
y la herida
del costado
cual un
manantial de sangre
que nos hizo
estremecer,
al
contingente, y su Madre.
Abrí aquella
ventana
y ante ¡Dios
me arrodillé!
Pedí que me
perdonara
por haberle
sido infiel
cuando me
necesitaba
a Jesús, lo
abandoné;
y aún voy
manchando su cara,
porque jamás
supe ver
las veces
que perdonaba
lo que le
ofendió mi ser.
Señor mío,
¡estaré ciego!
o es que mi
alma no ve
que camina
hacia un fuego
de los
siniestros abismos;
no, no creo
que sea ceguera,
más bien
creo que es egoísmo
de un ser
que todo lo espera,
sin sembrar
ni un solo trigo
en tu
benigna pradera.
¡Señor! El
tesoro que poseo
que de tus
manos heredé,
sé que es el
mayor trofeo
que yo te
puedo ofrecer,
limpio cual
un camafeo
para ponerlo
a tus pies.
Aunque diga
que no veo,
Tú sabes que
sí, sé ver,
pero dejo
que el deseo
se imponga a
mi deber.
*
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