martes, 15 de enero de 2019

ESTOY ESPERANDO EL TREN.

 


        Estoy esperando el tren
para iniciar la partida
de éste alocado anden
que Dios, me ha dado por vida.

¿Tardará mucho en llegar
dicho humeante espectro?
        Pronto dará la señal
        con su silbato siniestro.
Fui mirando al horizonte
hasta quedarme dormido.
Quiero  que sea al despertar
cuando escuche su bramido.      
     
Perdido en la oscuridad
como cuando era niño,
yo le pedía a mi mamá
de su carisma el cariño
que me viniera a buscar
y cantará nana alguna,
la que solía escuchar
cuando mecían mi cuna.
 
Aquella hermosa canción
que de niño me aprendí.
Lo mismo que una oración
la llevo dentro de mí.

La siento por las mañanas
cuando voy a despertar,
como el sonar de campanas
enredado en el soñar.

“Duérmete niño mío
que viene el coco
y se lleva a los niños
que duermen poco.”

Recuerdo aquella canción,
como el tren que no llegaba.
Fue mi primera ilusión
cuando mis pasos iniciaba.

Para mí, aquél momento
era el tiempo que volvía,
y me traía al pensamiento
aquella oxidada vía:

Del tren que empezaba andar
en páramos distendidos,
sin saber a que lugar
iban mis pasos perdidos.

En tren vibraba en la vía
con rumbo desconocido,
pero yo, lo presentía
aunque estaba confundido.

Confundido en la ignorancia
del desconocido andén.
Perdido por la distancia
de cuando vendría mi tren.

Espero que llegue el tren
antes de quedar dormido
en el banco del andén
y qué me lleve de una vez
a un lugar desconocido.

Sumido en el recuerdo
aun sigo esperando el tren,
y esperando aquí me quedo
cuando venga ¡Vendrá bien!
Y será bien recibido.
                           *

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