No sé, si lo
encontraré,
pero sí que les prometo
que el alma le arrancaré
a mi hado mal oliendo
y le aré volver otra vez.
A mi musa sin candor
no la busco para amarle,
ni para pedir un favor.
La busco para enterrarle
y poder salvar mi honor,
él que me entregó mi madre
con el mimo de una flor.
Aunque en amargo baladre
me traspase el corazón;
no quiero ni recordarle
a ese maldito ladrón
que en el filo de la tarde
me ha convertido en bufón.
que me gustaría encontrar.
Porque ha marcado mi vida
y me va haciendo llorar,
ya que siempre está escondida
en sombras de un muladar
y cuando la veo asomar
abre en mi pecho una herida
que no se puede cerrar.
Me deja el alma partida;
partida en dos mitad.
Voy maldiciendo la hora
del día que la conocí,
la mimo como amapola
que florece en mi jardín
y cuando la veo que llora
me marchita la ilusión
y no sé, como tratar
a esa bella maldición
que no es capaz de callar
lo que ve en mi corazón.
Se mantiene entre mis manos
sin dejarse acariciar:
vive en mil mundos lejanos
y en lo profundo del mar
cual las nubes de veranos
de estruendosas sin pluvial,
Le repudio y, necesito
de su luz la claridad
y hay veces que hasta le grito
cuando está en mi soledad,
recordando lo bonito
que duerme en la oscuridad
de lo que siempre repito,
!no sé, si me entenderán¡
*
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