jueves, 9 de noviembre de 2017

SIENTO EL ESTALLIDO.

     
           
Siento como estallidos
                               cuando la sombra de la noche
que arañan las escamas
de mi alma, cansada y fría
y la silenciosa soledad,
me grita despavoridas
cual furia de un huracán.
 
                               Un día el hombre, llorará
cuando se cierre la puerta
y hasta se maldecirá
por no mirar al poeta
cuando aún podía hablar.

Es muy fría la verdad
que araña sin compasión
y con hastía crueldad
el fondo del corazón.

Llorar, no voy a llora
aunque me ahogue el dolor;
porque hay en mí un caudal
que me lo alimenta Dios,
para que pueda gozar
del fruto de un dulce amor.
 
Amor que da libertad
al alma, y hasta la voz
y a la pluma al derramar 
lo que emana en mi interior. 

Por lo cual, no lloraré,
en todo caso, cantar
al pensar que un día tal vez
el hombre abrevara
en la fuente de mi miel,
con la que se embriagará.
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