Un espejo
sin cristal
donde no se mira el hombre;porque teme ver la sombra
que no le deja ni andar.
Un espejo frente al hombre
transparente cual fanal
y son muy pocas las veces
que a él se atreverá a mirar.
Ni yo
tampoco me atrevo
a mirar su claridad.No sé el tiempo que llevo
queriéndolo contemplar.
En su
interior está la sombra
que no nos deja, ni andary a veces creo que son otras
con cadenas por collar;
son el mal
de un fuego negro
que siempre me ha de quemar,ya que la luz de su fuego
me araña, como un puñal.
Ni tampoco sé las veces
que he preguntado a las flores,
a la luna, a las estrellas,
a los jarales y hasta el sol.
Porque lloro como un niño
sin llegar a sentir vergüenza,cuando derramo el cariño
de mi pecho y fortaleza.
Ya sé que no es elegante
alardear lo que en secreto se piensa
del amor a mis semejantes
y sin poder tirar la piedra
a los que tienes delante.
*
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