jueves, 20 de abril de 2017

UN DESTELLO EVANGELICO.


          
        Iº de Reyes de 19. 9. 13
        Del profeta Ezequiel.
        buscando a Dios;
        equiparable a un momento
        actual.
               
        Quise encontrar en el viento
        y entre las olas del mar
        a Dios con el pensamiento,
        y tan sólo pude hallar
        el tronar del elemento,
        y Dios no estaba detrás.

        Y entonces dije: ¡en el fuego
        tal vez le pueda encontrar!
        ¡que amargor que senti luego
        por no saberle buscar!
        Comprendí que estaba ciego.
        ¡Ciego, sin saber mirar!

 
        Dios se acuna en el alma
        de transparente cristal
        y siempre que alguien le llama
        se deja acariciar
        como el jazmín o una dama,
        sin buscar la vanidad.

        Porque Dios está en las flores,
        en el rocío y el coral,
        está en los corazones
        fundido como el metal,
        fomentando los valores  del hombre,
        con el dulzor del panal.

        Estará en las estrellas,
        en los ojos de mujer,
        entre la cosas más bellas,
                         también en el amanecer.
        ¡Yo fui contemplando a aquellas
        y empecé a comprender!

        Desde entonces yó, a los vientos,
        como vientos les miré,
        ¡y a todos los elementos!
        y jamás a Dios busqué,
        porque Dios estaba dentro,
        dentro de mi propio ser.
 
Para dirigirse al autor: rogeliorogalin1@hotmail.com                      *           
 

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