Si el
agua del corazón
se
dejan bañar por el río del amor:el alma se viste con las estrellas,
en el mar de ese lejano confín.
Y cabalgan sobre frutos de leyendas
que legó, Santo San Valentín.
en las aristas encendidas de la boca.
Aunque el cuerpo del amor no tiene peso
pero puede deshacer hasta una la roca
del corazón y alma del más travieso,
y se refugia en el fragor que nadie toca.
Como luz de las estrellas
o en el jardín del arrayán o el amaranto.
Porque el fuego del amor, es un jazmín
que a veces produce hasta llanto
si no crees en San Valentín.
y embriaga al corazón, tal esplendor
que muy cerca está de la locura;
al cabalga más allá de la dulzura
donde el grito del silencio dá calor,
al delirio abrazador de la hermosura.
ni nadie puede apagar
esa luz, de una inmensa claridad
que San Valentín, nos da...
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