jueves, 31 de diciembre de 2015

TRES AMORES HAY EN MI VIDA.



Yo tengo grandes amores
entre las tres compartidas;
mi santa esposa Dolores
que en mi corazón está viva
como el perfume de florea
que son perpetuo en la vida.

No la olvido nunca un día,
ya que tengo la custodia
de nuestra Virgen María.
Van clavadas en mi memoria
todas las horas del día
y hasta en las noches, diría. 

No es que no me interesa
decir quien fue la primera,
mi madre María Teresa
que tantos amores me diera
de su interior con pureza
“pa” qué la historia supiera

el regalo que me hacía,
para llevar a la memoria
de las criaturas que un día
leyeran esta poesía;
sin ocultar que el amor
no es un cuento o fantasía. 

De hay que sean tres amores,
en mi pecho sumergidas
como regalo de flores
o tal vez que esté fundidas
con fuego de sus amores,
para una eterna vida.

No sé cual fue la primera
en mi corazón tatuada,
o la segunda o la tercera,
la que sin duda serán,
mi estandarte y la bandera
que siempre sabré llevar,
más allá de nuestra esfera.
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