Paso lento,
en los largos caminos
donde los sueños ocultan la faz.
No sé, el por qué el destino
me corona con amargas hiedra sin paz.
Voy viviendo en los abrojos y los
espinos
y no encuentro manantial para abrevar.
Donde el
alma sedienta por el fuego
donden entre las llamas galopo sin cesar,
con los sueños del niño como un juego.
Juegos de sueños sin llegar a despertar
de la ilusión sepultada en un lugar
y que la mente no llegan a encontrar.
Voy caminando
en las falsas quimeras
y los apócrifos se convierten en verdad.
Y la mente que es muy lenta, nunca llega
a esconderse del miedo o de la falsa
oscuridad,
de un paisaje, unas flores, o una vega
que se pueda en el alma reflejar
y cortar de las bellas parameras,
los jazmines y florales de un rosal.
Les haría a mis sueños una escalera
que escalara más allá de un ornar.
Y llevar a toda la tierra entera
el amor de mis sueños de cristal.
*
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