Dejarme inventar un sueño
donde me pueda esconder.
No digan que estoy despierto;
sólo que estoy sin saber
si estoy vivo o estoy muerto.
Si alguna vez me despierto
y puedo ver la distancia
que me separa del cuerdo,
puede que sea la distancia
para que siga durmiendo.
Tal vez sea que no nacido
y soy imagen de un retrato
que pudo ser concebido
en un oscuro iluminado
o en los brazos del olvido.
No dejarme despertar
para que pueda hacer algo
con las luces del fanal
que Dios, me ha puesto
en las manos
para que pueda sembrar
los sueños con alegrías,
forjados con
la verdad
del fuego de la poesía
que es la madre del cantar
de la sacra simetría.
*
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