lunes, 6 de octubre de 2014

EL OLOR DE LAS FLORES.


                
            Siento el llanto de las flores en primavera,
           regadas con lágrimas del rocío
           y los  cáliz de amapolas y azucenas.
           Siento alarido en el rojo amanecer,
           galopando en el ocaso de la noche
           y se enreda en las hojas del laurel,
           cuando el alma soñadora del poeta
           se desliza entre la sombras del papel.

            Son  recuerdos de una noche mágica,
           ¡Aquélla! Que ilumina la pradera
           que entrelaza sus manos entre hiedras.
           Son embrujo de unas miradas parlantes
           de cuatro ojos tatuados como piedras
           en las almohadas de una verde, hierva.
 
           Allí quedaría fundido de los dos
           el espejo de tu alma y la mía por amor,
           y arropados con los dientes del silencio
           igual que las ramas esbeltas de una flor;
           bajo el embrujo de dos mirada dialogaste
           entrelazando nuestras manos como grama
           y desnudando el pentagrama de la luz del sol.

            Si pudiera trasladar el ayer a este hoy
           y volver a sentir de nuevo tu mirada,
           y el olor de las flores con tus besos
           y el calor de tu piel de terciopelo
           extendida en las fauces de mis brazos.
 
           Son recuerdos atropellados de la mente,
           enlazados con estrofas de poesías
           que durará su caudal eternamente;
           como aquellas palabras que decías
           aún después de traspasar tu alma,
           las murallas de la muerte.

            Aún pienso que las flores, lloran.
           Quizá que lloren por que
           ya no es verde la primavera
           y la luna no se ve,
           ni tus manos en mí cintura,
           ni tus besos en mí tez.
           ¿Llorarán por ti?
           ¿Lo sabré alguna vez?
           Pienso en el llanto de las flores
           y creo que no volveré a querer.

            Siento arde el fuego de la sangre
           dentro de mi corazón
           y cuando te acaricia el aire
           se me parte el pecho en dos.
           Siento celos hasta del viento,
           de la luna y el propio sol.
           Por que se que te acarician
           como el rocío a una la flor.
                      *

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