En la
soledad hay tres puertas
con diferentes
caminos:
uno,
cuales ninfas muertas
sin
esperanza a un destino.
El otro
es muy diferente
si te
amparas en lo divino
que te
lleva hasta la mente
el más
lúcido destino.
De ahí
que sea mucha gente
pasto de
algún feo regalo,
si se
supone impotente
y sólo
piensa en lo malo.
Por lo
cual no es fantasía,
es
simplemente buscar
la
fructuosa alegría
que te
ayuda a caminar.
Y el
tercero puede ser
los
suspiros de unas notas
que se obtienen
al leer
lo que
pueden ser las gotas
del más
lúcido vergel
Siempre
que se abre un libro
se oye a
un amigo hablar
y nunca
al enemigo
que no
tolera el pensar.
Si el
libro está cerrado,
es un
amigo que espera
ese beso
nunca dado
en
alguien que él quisiera.
Cuando
un libro está guardado,
es un
amigo que llora
al
pensar que has olvidado
lo que
en sus interiores mora,
ya que
tú lo ha sepultado
*
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