martes, 18 de junio de 2013

CUANDO TE MIRAN...



         Cuando te miran los hombres
siento ganas de morder 
a la luz de las estrellas
y romperles con los pies
los ojos como a una esponja,
para que nunca te vieran
con un mínimo de ropa. 

         Me gustaría  romper los cristales
de la noche
y de beberme los suspiros
del rocío penetrable:
aunque aquellas gotas fuesen
más duras que los brillantes.

         Me comería las montañas
hechas de fuego y metal
y después, ¡ay después!
me bebería los glaciales
si eso fuese suficiente,
para que nadie te hiera
con sus miradas ardientes.

         Yo convertiría la tierra,
los luceros y los mares
en dos murallas de fuego:
semejantes a dos pilares,
donde los ojos del hombre
no puedan acariciarte,
ni siquiera con la luz
de los destellos del aíre                                                     
                *

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