Mi mente se fue contigo
y mi trémulo corazón,
vagando como un mendigo
en las cumbres del dolor.
En
frío, camino que sigo
y te hablo hermosa flor,
sin saber ni lo que digo
en más de una ocasión.
Rompen el recuerdo el papel
de lo que ha sido, sin ser.
Donde se bañan los labios con la hiel
perdidos, en un negro atardecer.
Sombras que vagan desnudas
en la flácida oscuridad.
Como las quimeras mudas
en la yerta soledad.
¿Cómo despertar del frío
de un recuerdo del ayer,
sin volver a beber del río
donde tal sed puede ser?
De una eternidad, amor mío.
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