martes, 26 de febrero de 2013

ES CIERTO QUE FUI PASTOR.

   

    A alguien que me sofocó.   

                    * 
      Es cierto que fui pastor
de lo cual no me arrepiento;
ya que son hombres de honor
aunque algunas veces pienso
que mi vida fue un error
que los sabios me impusieron
cuando aún no era del viento,
ni un ápice de su ardor        
con el frágil pensamiento.

         No guardo ningún rencor
a quien destruye mis sueños.
Pero en cambio si hay dolor
cuando los sabios me miran,
como si fuese un diseño
de alguna sombra de un cuento,
o de un fuego sin calor
que entre las huellas del tiempo
se mofan de mi valor.
 
¡No existen hombres pequeños!
sino ojos sin pudor
que van condenado sueños
como si ellos fuesen “dios”.

          ¿Y sabe usted a quien más le temo?
         “A los dioses intelectuales”
         a Esos que derraman veneno 
por sus fauces a raudales:
y es algo que no comprendo
que sea en las universidades
donde de adquiera ese yermo,
para ser cual animales. 

No hay comentarios: