viernes, 18 de enero de 2013

GRUPO DE ESPINELAS...


       
        LA MIRADA PERDIDA EN UN RETRATO.
                      *
    ¡Qué cosas siento, mi amor
   cuando miro tu retrato!
        Fluye en mi pecho arrebato
        con un trémulo dolor.
        Eres igual que una flor
        que me impregna de dulzura
        y siento sin amargura
        la distancia de tu voz,
        porque tu aura, es de Dios
        y no está en la sepultura.              
 
 
    Siento el calor de tus brazos
        y tus caricias, mujer,
        desde el otro amanecer
        donde no existen ocasos.
        Por favor guía mis pasos
        como lo hicieras ayer
        y entonces yo podré ver
        la luz de tu cielo azul
        y ya, el peso de la cruz
       a Dios le puedo ofrecer.
     
                      
   Tú regaste con los besos
        y la esencia de tu amor,
        aquél jardín de mi flor
        donde todos los embelesos
        fueron de mayores pesos
        como no hubieron igual,
        ni más rubio algún panal
        que diera más dulce miel,
        ni jamás flor de ningún clavel
        pudo concebirlo igual
      
                     
   En el delirio, de mi juego
        que duerme en la fantasía,
        se salpican de alegría.
        Como un huracán de fuego      
        lo intento y nunca llego
        al formar de felonía
        a mi frágil hipocondría,
        que convierta la quimera
        en verdad que ya lo fuera
        la negra melancolía.                  
 
 
   Miro al cielo y las estrellas
        y veo en la osa mayor,
        una luz que el resplandor
        es mayor que todas ellas.
        No sé decir cual más bellas,
        pero si sé que mi amor
        es mayor que el resplandor
        que pueda verse en los cielos:
        más que estrellas y luceros
        relumbran dicho candor.

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