viernes, 23 de marzo de 2012

FRAGIL COMO UNA PLUMA.


        Frágil como una pluma.
        Sensible como una flor.
        No fue tan sólo el quererte;
        fue mucho más aquel amor.

       Tan sólo con conocerte
        para mí, fue luz del sol.
        Fuiste agua trasparente
        que endulzaba a mi amargor.

        Fuiste y eres la musa
        de mi pluma e ilusión.
        Eres la aurora del día
        que despierta en mi canción.

        Notas de una melodía
        y en mi pecho la pasión.
        Fuiste, la mayor alegría
        que inundó mi corazón.

        Por ello en cada mañana
        y en la postura del sol;
        aún estando muy lejana,
        vive en mi pecho tu amor.

        Porque no puede morir
        la luz que emana del cielo,
        ni las estrellas, ni el mar,
        ni la luz que dá un lucero,

        ni el alba al despertar.
        Sí acaso, el pensamiento
        cuando deja de pensar;
        al pensar que tú, no muerto.

        Cuando sean mis manos yertas
        y la pluma sólo hielo.
        Vivirás en mis poemas
        entre la tierra y el cielo.

        Navegáremos en los mares
        y más allá de los tiempos,
        en los más bellos lugares
        donde no hacen falta cuerpos

        y volveré a improvisar
        sin tinta de algún tintero
        y te diré una vez más,
        sin palabras. ¡Que te quiero!

                    

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