Voy
buscando entré las flores,
en la pradera y el mar.
Voy pintando de colores
su posible retornar.
Busco en montañas y astros
y en la sonrisa del coral.
¿Dónde se esconde mi musa?
qué no sé como encontrar
No está, ni viva ni muerta,
se marchó donde no sé.
Mi pluma no encuentra puerta
para las flores poner,
sobre una ventana abierta
con el glauco de alcacer.
Se fue escondida en las sombras,
volando, aún sin saber.
Se fue mi musa volando,
y voy implorando su volver
sin saber si la veré.
Se irán juntando los rayos
como antorchas de cristal.
Y los briosos caballos
vendrán un día a
abrevar
antes qué "cantara el
gallo"
después del oscurecer
¿Vendrá mi musa de mayo
a poner sombre mis pies
la pluma, tinta y papel.
La vi galopar muy lejos
y se estremeció mi piel.
La fragancia de su espejo
como un niño la
besé.
De la mansión de los dioses
trajo rosas y mucha miel.
Trajo caudales de cosas
que no llegué a suponer.
En su sonrisa traía
de flores la inmensidad
con trenzas de perlas finas
y cual corolas de un ornar.
Traería estelas del orbe
dibujadas en un cristal.
con marfil de la ambrosía
y el espacio sideral:
prieta en una alfombra blanca
todos los cielos y el mar.
¡Cómo se abrieron mis ojos
cuándo la vi regresar!
Con aquellos ramos rojos
de zafiros y coral.
Fue una alegría a mi antojo.
Y vi delfines al saltar
que destruyó
aquel despojo
que tanto me hizo
llorar.
Mi musa me consolaba
como no, lo hizo jamás.
Me impregnó de confianza
para que no dude más,
aunque la vea en lontananza
dónde fuera a repostar
la que sería mi esperanza...
*
No hay comentarios:
Publicar un comentario