Como corona de espinas
tejida sobre mi frente.
Como puñaladas finas
sin
llegar hacer la muerte.
Es una pasión sin encanto
de una felonía inerte
que sangra el alma en el llanto
por la herida de una lanza
que sembró hasta el desencanto.
Es la postrera venganza
de un arrullante camino
que gira sin esperanza,
del perdón de lo Divino
que espera con Vuestra ayuda
no beber más de ese vino.
Esa mentira tan cruda
que rompe una ilusión,
aun gritando, sigue muda
dentro de mi corazón
que rompió una primavera
su equivocada pasión
que tanto yo presumiera
de llevar como estandarte,
una flamante bandera.
¿Cuánto tendré que llorarte
entre tinieblas y el viento?
¿Cuánto tendré que implorarte
para salir de este evento
sin brújula ni medida?
Mejor quisiera estar muerto
que vivir la amarga vida
sumido en la oscuridad,
sin entrada, ni salida.
Quiero saber la verdad.
¿Por qué sangra mi costado,
por orgullo o bondad?
Voy sintiendo los pecados
del mundo entero en la piel,
de un infierno dislocado.
¿Como apagar ese fuego
que dá el roce de la flor?.
Quiero huir y siempre llego
a un estridente dolor.
Llamas prendida en un juego
que nadie puede apagar.
Sólo se extingue con fuego
y la miel de algún panal.
Que vengan cielos enteros
a tratar de remediar
ese calor efímero
que el alma quiere evitar.
Y mi cuerpo todo entero
anda buscando el llegar
a las cenizas del fuego
donde se quiere quemar.
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