jueves, 15 de diciembre de 2011

SI PUDIERA PREGUNTAR...

                    

 Si pudiera, pregunta
a las deidades del cielo
–¿Cómo engendrar un poema
aún sin que duerma mi pecho
y el  grito, esté despierto
en los entresijos del cuerpo?
Pero no sé preguntar
como se duerme en el viento
o se amarran con cadenas
lo que vuela como palomas
dentro de mí pensamiento. 

Ay, si yo pudiera besar el aroma
de las flores y del interior del alma.
Cuando aquellas se funden sin la llama
del fuego de un gran amor.
Se me inundaría  el ser
sin las cascadas de lágrimas          
aún sabiendo que fui nada.
Sí acaso, una quimera
que no llegó, ni  a ser tal.
Porque jamás tuvo madre
donde poder amamantar
los colmillos de su sangre.
De ahí que mi mente sea
deshechos de un muladar
que nunca tuvo una idea
par acunara en los brazos
del sol que ha vomitando
los olvidados poetas.

Es verdad que hay dolor,
y lloro en todas las  puertas
que emana fuego de amor.
Porque veo en los poetas
la luz que llega de Dios,                            
y es cuando veo que soy nada        
que pueda dar resplandor
a una gota, derramada
de un carismático don
que acaricia en la mañana
los ojos del corazón,

de aquellos que construyeron
aromáticas ilusiones,
o cómo dar jazmines  a una dama,
como el sol a las estrellas,
como  rocío en la noche
cuando se duermen los vientos
en las claras rosas blancas.
Y sólo queda un suspiro
junto a una luz apagada,
donde reina el estampido
de un beso en la madrugada. 

Nada les puedo ofrecer,
a lo sumo una mirada
o una huella del ayer
sobre unas hojas tatuadas
derramadas en  papel,
las que en resumen, son nada
que pudiera merecer                                              
un átomo de alguna hada
que sea capaz de entender
lo que es un alma olvida.
Pero he  llegado a comprender
que se engendra con el alma
lo que es poesía y amor
del hoy, mañana y ayer
sea  quien fuese  el autor.

                 

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