martes, 18 de octubre de 2011

TAL VEZ NO SEA MUY SENSATO

Tal vez que no sea sensato.
Pero en fin, así lo siento
sin mirar en ningún momento
las huellas marcadas de los pasos.
Por lo cual estoy contento de ser pobre:
porque la pobreza me dota del saber
quienes fueron mis amigos
o parientes más cercanos a mi ser
que dieron su aprobación
a las llamaradas del pecho.

Las que dejo extendidas
en las sombras del papel,
como espigas que germinan
en el hoy, y recogidas en el ayer.
En ese ayer que fue la fuente
de los dones del poder
que despreciaron los labios,
de mi alma y de mi ser.
De ahí que el ser pobre
es un escudo que me llega a conceder
el amor que en la tierra derramé,
con la mayor sensatez.
*

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