lunes, 31 de enero de 2011

NO QUEDÓ DONDE BUSCAR

No quedó donde buscar
en todo el globo terráqueo
y, tan sólo pude encontrar
unas huellas muy difusas
que no me sabría explicar,
ya que eran tan confusas
que aunque me fue familiar;
yo las conocía de algo
sin saber de que lugar.

La noche iba cayendo
sobre la frente cansada,
y vi las nubes y el viento
en la oscuridad cerrada.
Y entonces quedé dormido
sin hallar lo que buscaba.

Llegó la aurora llorando
y al despertar la escuché
que decía. –¿Hasta cuándo
tendré que emigrar sin ver
lo que tú andas buscando
sin forma, cuerpo, ni pies?

Y seguí buscando y buscando
ya que no podía vivir,
si no encontraba ese algo,
y al final lo conseguí.
Porque lo que yo buscaba
era luz hecha poesía,
y la presencia de Dios,
que entrará dentro de mí.

A medias lo comprendí
que lo que estaba buscando
formaba parte de mí,
desde el día en que naciera.
aunque yo, jamás lo vi.

No hay comentarios: