miércoles, 10 de noviembre de 2010

EL IDIOMA DE LOS NIÑOS

Una niña me miró
y a la cual correspondí.
Su mirada era de amor
por lo que, la comprendí.
Tres años tal vez tendría
pero me hizo escribir
lo que en su ojos leía.

Nos miramos tiernamente
donde surgió una expresión
y los labios de la mente
nos comunicó a los dos,
un te quiero reverente
que en mi alma se clavó,
como una daga o un diente
que me arañó el corazón.

Su puñal fue trasparente
lo que llegó a ser mayor
que el pasado, el futuro
y el presente.
Sí, conjugamos el amor
que puede haber en la gente
que nos dan un día su adiós,
veríamos que es la fuente
de aquél legado de Dios...

Mi mayor felicidad,
es cuando leo en los ojos
de los niños la verdad.
Ellos me hablan de cosas
que nadie podría explicar.
El idioma de esa rosas
no se puede descifrar.

Tan sólo quien sea cual niño
sé, que llegará a ser capaz
de interpretar el cariño
que ellos suelen derramar;
cual cataratas de luz
que pueden iluminar
más allá del cielo azul.

Los niños son manantiales
de arco iris de amor.
Sus dulzuras son glaciales,
más que el volumen del sol.

Quiero llorar como un niño,
cantar, correr y reír.
Quiero jugar con las cosas
que al hombre, hace al sufrir.
Por que los niños son rosas
que se suelen marchitar
cuando el mundo las deshoja.
Entonces queda de ellos
lo que se podría llamar,
sombras de recuerdos bellos.

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