sábado, 9 de mayo de 2009

A LA BANDERA ESPAÑOLA

Antes no vi la bandera
con respeto e ilusión,
ni aún lo fue tan siquiera
cuando un día mi batallón,
juraba y hacía promesa
de amor a nuestra Nación.

Pero en cambio sin saber
ni porque fue la razón.
Recuerdo que hasta lloré.
Y lloré porque el dolor
me traspasó el corazón,
cual si rasgaran mi piel.

La bandera dibujaba
el abrazo de una madre
que en sus entrañas llevaba,
un feto bañado en sangre
que a sus entresijos arañaba,
y el pecho de parte a parte.

Lloré cuando vi aquel brillo
de ese rojo que se extiende,
derramado en amarillo.
Ahora mi mente comprende
porque un color tan sencillo,
lanza a los hombres a la muerte

y en las más arduas campañas
salen sus furias y valor.
Sin mirar que sus entrañas
sufrirán el mayor dolor.
Así se defiende a España
con gran dignidad y honor.

Todavía creo que lloro
con las nauseas del baladres,
porque veo que es, el tesoro
que legaron nuestros padres.
Ya que el amarillo es oro,
y en el rojo está la sangre
de los hombres con decoro.

¡No pises nuestra bandera
si eres hombre y español!
Mírala como si fuera
la luz de tu propio sol.
Porque no hay mayor ceguera,
ni aberrante deshonor
que compararse pudiera.

El que niega su color,
es como negar la madre
que le dio vida y amor.
Y la bandera es la sangre
que por ti, se derramó
a través de nuestros padres

1 comentario:

Sebastián Damunt dijo...

Amigo Rogelio:
He descubierto tu blog, y estoy maravillado. Está repleto de poesía.
En La Tana también tenemos un blog, Amigos de La Tana, pero como nos falta la poesía, no me ha tocado más remedio que usar tu referencia para intentar darle un toque.
Un saludo,
Sebastián Damunt
Blog de La Tana:
http://amigosdelatana.blogspot.com/2009/05/rogelio-garcia.html