miércoles, 2 de octubre de 2019

PUEDEN DECIR DE MI NECEDADES.


Pueden decir de mi, necedades,
que es turbia mi alma,
el corazón y mi pluma.
Pueden ponerme de rodillas
ante los tribunales
o de las reales academias,
y hasta reírse de mi humilde cuna..
 
Pueden decir que fui  un don nadie,
maltrecho o ahogado en las penas.
Pero una cosa no podrán quitarme,
el amor sangrante de las venas,
ni decir que no fuese ecuánime
al formar los eslabones de esta cadena
 
Pueden sentir tedio del fondo de mis temas
por el oropel turbio de su color.
Pero que nadie diga que mis poemas
no son hijos de la luz y del amor,
 porque estarían levantado una blasfemia,
y sería, cómo decir que no existe la luz del sol.
 
Dejadme que pinte con mis sueños la hermosura
del aliento de la luz y el respirar.
Dejadme llegar con mi locura
a lo más profundo que esconde el ancho mar,
para sacar a la luz la noche oscura
del letargo en que crece el coral.
 
Decir si queréis que fui de viento
una sombra sin apenas nitidez.
Decir si queréis que me ahogaba sin aliento
con mi pluma apenas sin caudal.
Pero no toquéis, por favor mi pensamiento,
dejadle que descanse en su yerta oscuridad.
 
No negarle la fragancia del amor
al que puso el cariño y la dulzura,
porque se levantaría de mi alma el fragor
y desde el más allá, gritaría en la sepultura.
No quiero saber si fui un falsa flor
que marchitó la soledad con su locura.
Yo siempre traté que mi dolor
  no fuese contagiado a otras criaturas.
                         *

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