miércoles, 27 de marzo de 2019

NO SOY DE DIFERENTE AL PENSAR .



     Me pierdo en el maremoto mundano
     con la daga que hiere el pensamiento.
Siento el contacto de una mano
que me lleva como hoja con el viento.
 
    No soy diferente a las criaturas
y mucho menos poseo algún encanto
que pueda destellar ciertas dulzuras
de la rosa o el cáliz del amaranto.

    Siento que desgarro la escritura
vertida en las garras del deseo,
o ataviada con sierpes de amargura
y hasta me espanta muchas veces lo que veo.

    De corrompidos y hastío corazones,
    embrujados por tinieblas tenebrosas.
No es extraño que se frustren ilusiones
y que prefieran leer obras de prosas.

    Piensen que siento el dolor como cualquiera,
    el amor, la amargura y la tristeza
y fabrico en mi pecho la quimera,
como el niño que se ampara en su pureza. 
      .
    Galapo con los sueños en el viento
y me adentro sin saberlo en un abismo,
donde veo corrompido hasta mi aliento:
-¿Son esputos engendrados por mi mismo?  
        
    Cuando el frío y el dolor traspasa la agonía,
me abrazo como un niño en los brazos del ábrego
y grito como un loco –¡OH, Dios mío que alegría!
Al volver la lucidez como un rayo al hombre ciego
que se ahogó alguna ves, en su infecta fantasía.
Y entonces, exprimió su frente blanqueada,
para hallar el sabor de un dulce sueño.

    Fui bebiendo del agua que tú bebes
    y  caminado como un ciego en el deshielo.
   Con la lánguida ternura de esa nieves.
  fabriqué igual tú, castillos en el suelo.
  Fui un molde, semejante a ti, criatura,

  también llegué a pensar que fui gigante
  Y hoy me veo  en la fría sepultura;
  soy la nada de un deshecho, caminante.

  No derroches de tu estío la fragancia
 y conserva en tu alma la alegría
Ve sembrado en tu entorno la eleganci
y sobre todo, de español la gallardía.
                          *                                                    

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