Si me fuese permisible
te reprocharía, Señor,
algo de tu creación
los ojos que me donaste
hacen que mi corazón
vean flores en todas
partes
de magnificentes olor.
Es cierto que veo
estrellas,
los mares y el padre Sol,
igual que cosas tan
bellas
de tu Sacra Creación.
Pero también veo el Averno
disfrazado de mujer,
las sombras de la
riquezas
de aparente dulce miel,
las esquilas de las
drogas,
del alcohol y del placer.
Veo infinidad de cosas
que me agradaría no
ver.
Tal vez que sea la forja
donde se oculta la miel.
Ciego mi ser te reprocha
la mitad de lo que ve.
Me gustaría construir
con la mente una jaula
con barrotes de marfil,
donde nada se escapará
de lo que, he de
introducir.
Encerraría las mentiras,
las deshonras y todo mal,
de tal modo que sus
nombres
no se escucharían jamás
en los oídos de los
hombre.
*
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