viernes, 13 de mayo de 2016

¡OIR MIS GRITOS!



¡Oír mis gritos! cuando hablo bajo,
porque son suspiros del alma
al cruzarse en las almenas
de los silencios ocultados.

Escuchar mi voz de fuego
en el hielo de la noche
que calla porque no puede
con la pluma clavar nada
en el filo de los pechos
que tatúan  las voces blancas
y ennegrecen las montañas
de los suspiros del alma.

Ay, si las flores pensaran
o fuesen ostentosas,
qué duda cave, que su vanidad,
salpicaría las murallas del silencio
que se derramó del vientre
de una sombra sin nombre.
Y entonces, el grito más siniestro
los escucharía el corazón
como la brisa de un viento
que algún día acarició
el fondo del pensamiento
que vivió de una ilusión.
                   *

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