lunes, 4 de febrero de 2013

UNA EXTRAÑA SENSACIÓN



        Una sensación extraña
        en el silencio de la noche,
        cuando el roce de mi pluma,
        se dejó acariciar por el sentir
        de una ráfaga de fuego.
        Por el estallido de un suspiro
        que duerme en la oscuridad
        de mi pavoroso pecho.

       Hasta pienso sí, fue cierto
        que yo no estaba soñando
        en los brazos de aquél sueño.
        Tal vez fue la soledad
        la que me enredó en su garras,
        lo cual no sé, ni explicar.

       Y hasta creo que es probable,
        que las miradas se queden
        perenne en la eternidad.
        Como el fuego del edén
        que custodian cada día
        los pasos que aquí se den.

        Y esto fue lo que soñé:
        que ella no estabas muy lejos
        de mis vacilantes pasos,
        sino dándome consejos
        cuando se quedo dormida
        al entorno de mis brazos.

        Y entonces me desperté
        con dislocada amargura:
        con sangre y sudor en la frente
        al ver que fue una locura
        hablar de tú con la muerte.
        Pero con mucha dulzura…
       

                                  

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