Te llevastes al partir
el tesoro más hermoso
que había en mi corazón.
Te llevastes la alegría
más grande que había en mí.
Pero dejaste en mi pecho
el caudal más suntuoso
que nadie pudo sentir...
Y siempre, ha de perdurar
en las redes de mi alma,
como una llama de fuego
que nadie podrá apagar.
Y que dá ansias de vivir
al hombre que llevo dentro
que se dedica a escribir
la verdad a forma de cuento.
No me canso de decir
el amor que por ti siento
que a base de repetir
me he creído que es tan
cierto
que yo me atrevo hasta decir
que bien sé que tú no haz
muerto,
ya que va dentro de mí,
tu alma, en mi pensamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario