lunes, 5 de marzo de 2012

YA LLEVO SIGLOS BUSCANDO

                 
Ya llevo siglos buscando,
un lienzo,  un pincel, una paloma,
para dibujar tus besos
y sólo encuentro las sombras
muy lejos del pensamiento:
dormidas en la distancia  del pasado,
de un ayer interminable que se ahoga
en lo brazos de mi alma entumecida.

Pero a pesar de todo, el cielo sabe
que soy sombra acariciada por el viento
con suaves noches, enternecida de caricias
                                que tus recuerdos derraman en mis
                                adentros.

Y si eso no es suficiente para estar contento,
que vengan las ninfas  del silencio
y dibujen con sus alas las palabras
que vuelan como aves de mi pluma,

y que se posen  luego en los suspiros
de la fuente carismática  de los labios,
los que bebieron en el caudal de tu fuente
los besos  que hoy se encuentran en el cielo.

Cual si fuesen torbellinos derramados
de las cascadas del tiempo más lejano.
Porque nunca he sabido despertar
del sueño, que se rompió con el silencio

de las murallas de un pecho agonizante
en las espadañas de los dioses:
donde copulan  los suspiros del olvido
de lo que fue una realidad interminable.

Aquella que llega más allá
del camino indefinido de lo Eterno.
                                 Porque el fuego que enardece la esperanza  
se adentra  como polvo en mi interior,

y se mezclan con los garfios  de un ¡te quiero! 
que jamás se borró de esta memoria.
Por la cual, eres la esfinge  permanente
que alienta cada paso de mi vida 

Y arrodillada  en las dunas de un mañana
más brillante que la luz de las estrellas.
Allí dibujaré tu nombre con cinceles,
donde  nadie pueda, ni mirarlas,
ni manchar tu nombre, diosa amada.

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