viernes, 25 de noviembre de 2011

ESPERO QUE LLEGUE AL CIELO x

      
    Una luz que no ilumina
         no me deja descansar;
         y su sombra da en la esquina
         donde no puedo llegar.

    Espero que llegue al cielo
    lo que te mando, mujer.
         Un beso ¡con un te quiero!
         Una rosa y un clavel,
         en éste verso sin vuelo
         pero dulce como miel.

                           Quisiera escribir un poema
         sin tintero ni papel.
         Un verso sin una letra
         y un oda llena de miel,
         y ponérselo en la frente
         al Cristo del Gran Poder.

         Para que mi alma y la mente
         despertaran de un ayer,
         una luz más trasparente
         y que el hoy pudiera ser
         agua de nítida fuente,
         capaz de calmar mi sed.

    Cuando ya estuviera escrita
         sin pluma la inspiración.
         Pondría una margarita
         y de rosas un millón,
         Junto a la Virgen Bendita,
         con el alma y corazón.

     Le daría sin los labios
         la dulzura de mi amor.
         Cogería sin las manos
         el perfume de una flor
         y en los cielos más lejanos
         derramaría el corazón,

         ya que no lo necesito
         para orar con la razón.
     No hay tintero, ni una voz,
         para que impida a mi grito
         besar el rostro de Dios.

     Allí pintaría en el viento
         la luz que nos mando el sol
         y después diría contento,
         ¡aquí me tienes Señor!.
         No sé si estoy vivo o muerto
         ya que no siento dolor
         en las fibras de mi cuerpo.
         Solo percibo el calor
         sugerente de Tu Aliento.

    Al final yo pintaría
         un navío bergantín,
         para llevar mi poesía
         más allá donde está el fin
         y después la tatuaría
         en un cuerno de marfil
         y éstas estrofa firmaría:
         con mi siglas. Rogalín.

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