Siento que el pecho se parte de dolor
y en el alma se rompe el cristal de agonía.
Cuando veo que desprecian la poesía,
se me inunda el pecho, y el alma de amargor.
Ya que los poeta es más frágil que la flor,
de la azucena, el lirio o la ambrosía.
De ahí que su valor en la fantasía
sea el abrazo delirante del amor.
Extiende la mente cual semilla,
o como potro galopante de ilusión
y se adentra en el alma más sencilla,
convirtiendo su fragancia en canción,
como acorde de la lira, es maravilla
que palpita sin saber en el corazón.
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