viernes, 27 de mayo de 2011

FUE EN UNA PRIMAVERA...

Aún no puedo precisar
si había nacido, ya la primavera
o caminaba libre en el despertar.
Lo que si recuerdo y vivo está,
es que fue la vez primera
que vi tu pelo volar.
Aquella hermosa cabellera
de rubio y fino azafrán.

El aire se dibujaba en tu veste
olas que siempre dije, del mar.
No vi el color de tus ojos
por la distancia quizá
o porque escondías la mirada
trémula al verme pasar,
sobre aquella yegua blanca
al regresar de labrar.

Tan sólo por un instante
cruzamos nuestras miradas
y no supe reaccionar.
Te dije, –hola, sin mas
y tu como una amapola
me contestaste igual.
Tú, tenias trece años
yo tan sólo uno más.

Fue la primera vez
que sentí frío en el alma.
Tiritó como una pluma
con mi aliento al respirar.

Fue una extraña sensación
la explosión de tu mirada.
Como un volcán en erupción
despertó en mi corazón
lo que nunca imaginara.

No hablamos apenas nada,
con un hola, nos bastó
para firmar el compromiso
que el cielo nos regaló.
Ni con los años, ni el viento,
ni con los rayos del sol,
sean podido borrar
aquella llama de amor.

Sigue viva en la distancia
como el fuego en un crisol;
donde quedaron fundidas
dos vidas en un corazón
y no abra quien las divida
mientras vivas tú o yo,
o haya una primavera
donde creciera una flor.

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