martes, 8 de febrero de 2011

EL POETA ES UN DESHECHO.

El poeta es deshecho o un esclavo
y galeote sempiterno del amor.
Es un sordo que en su corazón clavó
y en su pecho encallecido alguna flor.

El poeta es como un preso condenado
al dolor, desde antes del día de nacer
que vive de las sombras del pasado,
sin saber cuando es amanecer.

Su dulzura se convierte en maldición
y se apoya en los pilares del papel.
Porque un día, sin saber cual la razón,
le inundó un panal de dulce miel.

Pero nunca llegaría hacer libre
y menos supo de los vientos el color,
de las flores tampoco, ni el almizcles,
ni probó de las dalias su sabor.

–Fui errante en campiñas y montañas,
en colinas de yeso rodeadas de terrazas.
Y en circunstancias aveces muy extrañas,
nunca me faltó el tesón y la esperanza.

El poeta, es incansable viajero
despreciado por los mismos de su raza.
Pero llega con su pluma y el tintero
a colmar de dulzor a cada casa.

Va y salpica con sus coplas las orgías.
Es sonrisas de las damas o labriegos,
ya que engendra con su pecho fantasías
de verdades que enciendes con sus fuegos.

El poeta es como un niño, vulnerable
y sostenido por los brazos del amor.
Es caudal y manantial de hado, afable
y él entierra entre canciones el dolor.

Se adentra en los mares y florales
o en las flores que nunca a de coger.
Porque el viento de sus yertos manantiales
no se hicieron en sus ojos para ver.

El poeta es el trino de una alondra,
capaz de proyestar el sonido de su voz,
más allá del sueño y de la sombra
donde nunca llegó, la luz del sol.

Es una especie de árbol sostenido
con la sabía del fruto del amor.
El que busca algún premio inmerecido
en la distancia enmohecida del dolor,

Los poetas son el fruto de un espejo
y los tale casi nada han merecido
a lo sumo, rebañar algún pellejo,
cuando en polvo sus huesos se ha perdido.

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