viernes, 26 de noviembre de 2010

YO BIEN SÉ QUE ERES TÚ.

Yo bien sé que eres tú,
porque los besos de las sombras
dejaron huellas en mis labios
y aunque la noche, confunde,
siempre supe que eres tú.
La que derramas en mis sueños
la dulzura del recuerdo
de manantiales de aguas cristalinas
que en nuestros brazos durmieron,
cual los chorros de una fuente
que tantas veces probamos.

¡Qué digo yo! Una fuente no,
una catarata caudalosa del amor,
acariciada por las alas del suspiro
que va salpicando con las gotas de la noche
el tópico palpitante de los sueños.
Cuando los ojos cansados ya se cierran
en la clara y silenciosa oscuridad;
de los gruñidos agónicos de la mente.
–Muy bien sé que fuiste tú,
quien acariciaba la pluma de mi hada.

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