miércoles, 24 de noviembre de 2010

UNA NOCHE TUVE UN SUEÑO

Una noche tuve un sueño
que parecía realidad
y entonces sentí ansiedad
de irme al cielo a volar;
a abrazar a las estrellas
antes de empezar a pintar
un lucero de cristal.

La estrella se hizo alondra
y con ella cabalgué
a donde no habían sombras,
ni luz, en la oscuridad,
ni tan siquiera un suspiro
de una frágil claridad.
Entonces me desperté
con lágrimas de amargura
y hasta creo que lloré
cuando vi que la pintura,
eran rasgos en un papel,
de la mayor desmesura
y quise dormir otra vez
para buscar la dulzura
que en el sueño pude ver.

Entre sueños yo busqué
aquel sueño que perdí,
tan sólo pude encontrar
un desecho del pincel
con el que quise pintar
en las estrellas tu tez.

El que un pintor me prestó,
con el que quise pintar
una luna y sol mayor;
donde los niños jugaban
hacer tartas de pan y miel
y que los rostros brillaban
saturados por comer.
Y las guerras se libraban
con espadas de papel.

Ya que en mis sueños la muerte
no tenía donde aparcar.
No había maldad en la gente,.
sólo sonrisas y bondad;
como aquel sueño que tuve
cuando fui al cielo a pintar.

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